Sigue la batalla por un Internet abierto. Comcast ha retirado la oferta por Time Warner Cable tras diversas presiones en contra de la formación de monopolios.
Hoy ha muerto el acuerdo, de 45.000 millones de dólares. Los responsables de esta decisión son los reguladores estadounidenses que piensan que este trato daría a Comcast demasiada ventaja en el mercado de servicios de Internet y televisión por cable.
Esta propuesta de adquisición se había enfrentado ya a duras críticas por parte de ejecutivos de empresas de comunicación y también por parte de algunos políticos. Hace unos días, seis senadores demócratas enviaron una carta al presidente de la Comisión Federal de Telecomunicaciones, Tom Wheeler, y al fiscal general, Eric Holder. En esa carta, decían que la unión de Comcast y Time Waner Cable generaría un gigante en el sector de las comunicaciones que dominaría los servicios de cable así como la oferta de banda ancha, lo cual significaría precios más altos, menos opciones entre las que elegir y peor calidad en los servicios.
En el trasfondo está la propuesta aprobada por la Comisión Federal de Comunicaciones el pasado mes de febrero. Según ésta, los operadores de banda ancha quedan sujetos a estrictas reglas de interconexión y de no discriminación. El resultado de la votación no sorprendió dado que el directorio de la FCC está compuesto por tres demócratas, designados por Obama, y dos republicanos. Los demócratas defienden la neutralidad de la red, que forma parte del programa electoral del presidente de EEUU, mientras que los republicanos están a favor de que el mercado sea quien regule Internet.
¿Qué se defiende con la neutralidad en la red? Ante todo, que los operadores no cobren a aquellas empresas que ofrecen contenidos para que sus servicios puedan tener una mayor calidad. Es decir, imaginemos que las empresas de cable comenzaran a cobrar a YouTube, por ejemplo, por una conexión de gran velocidad. Lo que ocurriría es que estas empresas de cable dejarían de invertir en aquellas compañías que no pagasen esa tarifa, con lo cual resultaría imposible que surgiesen innovaciones como lo fue YouTube en su día.
Ésta es sólo una de las opiniones de quienes están a favor de la neutralidad. Lo que se defiende con esta idea es un Internet que pueda ofrecer posibilidades, sin favoritismos y de acceso para todos, tanto a las grandes empresas como a las que están empezando. Aunque, en el bando contrario, algunos afirman que en ciertas ocasiones es necesario dar prioridad a ciertos paquetes de datos para evitar problemas de congestión. Con lo cual no existe consenso y sigue el debate.
EEUU: estalla la guerra de Internet
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