Los estadounidenses están perdiendo el apetito por la comida rápida. Así lo señala una encuesta realizada por el Índice Americano de Satisfacción del Cliente a más de 5.000 consumidores.

Según estos datos, la satisfacción de los clientes hacia estas cadenas ha caído casi un 4% respecto al año pasado, con una puntuación total de 77 sobre 100, es la puntuación más baja de los últimos cinco años.

McDonald’s es la peor parada, con 67 puntos, seguida por Jack in the Box, Taco Bell y Burger King, con 72 puntos cada una, y KFC y Wendy’s, ambas con 73 puntos. Compañías como Chick-fil-A y Chipotle Mexican Grill encabezan la lista, con 86 y 83 puntos, respectivamente.

Durante la crisis, los clientes dan prioridad a los precios bajos pero, cuando la economía se recupera, los consumidores prefieren ingredientes de mejor calidad, más frescos y un mejor servicio.

En particular, parece ser que los clientes ven más aburridas las cadenas de hamburguesas tradicionales. La competencia en la industria es cada vez mayor y los consumidores empiezan a decantarse por alimentos más saludables.

Que es, precisamente, a lo que se están sumando estas compañías en general. A pesar de estos peores resultados, las cadenas de comida rápida no se rinden e intentan atraer clientes lanzando nuevos menús o haciéndolos más atractivos. Es por ello por lo que todas comienzan a ofrecer alternativas saludables en sus cartas.

En el caso de McDonald’s, la cadena ha añadido opciones sanas en sus menús y sirve café de mejor calidad. Además, también está simplificando y acelerando su servicio, pero aún así está perdiendo clientes, que prefieren otras cadenas que ofrecen hamburguesas de gama más alta. Es lo mismo que le sucede a Burger King, que ha caído un 6% en el índice de satisfacción.