Italia inicia la liquidación de los dos bancos con sede en la región del Veneto en un acuerdo por el que se transferirán sus activos buenos a Intesa Sanpaolo, que acepta hacerse cargo de ambos bancos al simbólico precio de un euro, y que podría costar al Estado hasta 17.000 millones de euros. Todo ello después de que el Banco Central Europeo (BCE) declarase el pasado viernes que son inviables o están en camino de serlo y, como consecuencia, la Junta Única de Resolución (JUR) ordenara su liquidación.

El Gobierno pagará 5.200 millones de euros a Intesa, el principal banco minorista italiano, para quedarse con lo mejor del Popolare di Vicenza y de Veneto Banca. La entidad recibirá 4.785 millones en "concepto de anticipo de caja", destinados a las operaciones necesarias para "mantener la capitalización y el reforzamiento patrimonial" del banco tras la operación, según ha explicado el ministro de Economía italiano. No obstante, Pier Carlo Padoan, reconoce que los  fondos totales movilizados por el Estado alcanzarán los 17.000 millones de euros, tres veces más de lo inicialmente estimado para recapitalizar los bancos con dinero público.

El acuerdo permite a Italia resolver su última crisis bancaria en sus propios términos, asegurando que las dos entidades del Veneto no reciben un trato peor bajo las leyes europeas, potencialmente más estrictas. Sin embargo, el coste para los contribuyentes italianos será elevado. De acuerdo al plan, que deberá ser votado por el Parlamento para convertirse en ley en un plazo de 60 días, los préstamos problemáticos de las entidades, así como los riesgos legales generados por un escándalo, serán derivados a un banco malo financiado en parte por el Estado.

El ministro de Economía afirma que, además de los 5.200 millones de euros que pagará el Estado a Intesa -incluyendo 1.200 millones de euros para cubrir recortes de empleo y reestructurar las plantillas de los tres bancos-, también se ofrecerán garantías adicionales por hasta 12.000 millones de euros para financiar posibles pérdidas de los préstamos problemáticos de ambos bancos. La operación supondrá el cierre de unas 600 sucursales de las más de 6.000 que suman en total Intesa y los bancos del Veneto y el despido de unas 4.000 personas.

El decreto indica que las entidades y empleados de los bancos del Véneto se integrarán en el Intesa Sanpaolo en la mañana del lunes, una decisión que busca evitar una potencial fuga de depósitos que podría extender el caos a lo largo del sector financiero. Padoan asegura que no había mejor alternativa: "Los que nos critican deberían decir qué alternativa mejor había. No la veo".

Esta intervención es opuesta a la realizada con el Banco Popular en España. En Capital, la Bolsa y la Vida, analizamos con nuestro corresponsal en Bruselas, Alexandre Mato, las diferencias y similitudes entre ambas operaciones: