Los nervios están a flor de piel en el sector constructor y de servicios en el Reino Unido. El detonante ha sido la quiebra de Carillion pero se teme que más fichas pueda caer. En el punto de mira ahora está Interserve, una firma de construcción y que también ofrece servicios públicos de limpieza en hospitales y tribunales y de seguridad.

Los inversores la han castigado en las primeras horas de negocio con recortes de más de un 14% en bolsa después de que Financial Times hay desvelado que el Gobierno está “muy preocupado” y que han creado un equipo de trabajo para supervisar la compañía.

Esos funcionarios están analizando a la compañía contratista desde septiembre del año pasado cuando lanzó una advertencia sobre sus resultados y se desataron las preocupaciones sobre su salud financiera.

Interserve no ha querido hacer declaraciones sobre esta información, mientras que desde el gobierno quieren restar importancia a la situación y señalan que “no hay comparación” con Carillion. Dice que vigila a todos lo proveedores de servicios y mantiene conversaciones regulares sobres sus finanzas.

Pero el miedo está ahí. Interserve emplea a 80.000 empleados en todo el mundo y de ellos 25.000 en el Reino Unido. La empresa mantiene conversaciones con sus acreedores entre los que están LLoyds, Barclays, Santander y Royal Bank of Scotland.

En septiembre, la empresa advirtió de menores ganancias anuales y eso provocó que las acciones cayeran un 50%. Sin embargo, hace una semana, Interserve anunció que esperaba que sus ganancias operativas de 2018 estarían por encima de las previsiones. Las acciones prácticamente recuperaron el nivel prevé a la advertencia de ganancias.