Miles de manifestantes, en su mayoría estudiantes, paralizaron las calles centrales de Hong-Kong exigiendo respeto a la democracia. Hasta el domingo, la policía no había utilizado gases lacrimógenos y spray de pimienta para contener las protestas.

El movimiento Occupy Central with Love and Peace reconoce que la situación se les está escapando de control. "Es el momento de pedir la dimisión del gobierno", dice uno de sus líderes en declaraciones emitidas por Capital Radio.

La inestabilidad social y política aparece reflejada en la bolsa de Hong-Kong, cuyo índice Hang Seng ha llegado a corregir un 2,5% durante la sesión del lunes. Entre los grandes mercados de Asia, es el más bajista. Sin embargo, con el comienzo del día, muchas personas han vuelto al trabajo y, con ellas, cierta normalidad a las calles.