¿Quieres ser un buen jefe? Nos ayuda a conseguirlo Daniel Sánchez Reina, desde E2 Eficiencia Empresarial, autor de 'El dilema del directivo'. Todos los jueves nos acompaña en Mercado Abierto para darnos las claves precisas para ejercer como buenos líderes.

Hoy hablamos de límites."A la hora de recuperar la motivación de una persona debemos ponernos dos límites: un límite de tiempo y uno de esfuerzo", éste es el mensaje que nos deja Sánchez Reina, una conclusión que viene tras la historia de Cristina, un caso real de pérdida de motivación.

¿Qué ocurre cuando un trabajador pierde la motivación? ¿Se puede recuperar? Daniel Sánchez Reina nos cuenta un caso real. Es el caso de Cristina, una mujer que destacaba por su compromiso y que venía avalada por excelentes referencias profesionales. Su carácter era afable y conciliador. Durante unos años su desempeño fue modélico. Luego llegaron rumores de que la empresa se encontraba en una situación financiera delicada. Estos rumores fueron ciertos. Como consecuencia, los presupuestos para el año siguiente se redujeron muchísimo. Cristina se transformó en una empleada apática y poco implicada. Es difícil si este cambio fue debido a la situación de la empresa. Ella entró en una espiral negativa, alimentada por un deterioro con la relación con sus compañeros.

"Creo firmemente que los directivos no podemos motivar a nadie. Lo único que podemos hacer son dos cosas: no desmotivar y crear las condiciones adecuadas para que cada cual encuentre su propia motivación", señala Sánchez Reina. "Porque cada motivación es personal e incomunicable. Nunca tendremos la certeza de estar accionando las palancas de motivación adecuadas porque nadie puede penetrar en la cabeza de alguien. Sabremos que lo hacemos bien cuando el colectivo se desarrolla en confianza", explica.

¿Qué ocurrió con Cristina?

Escucha la intervención completa en el siguiente enlace:

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IMAGEN: Flickr/Martin Kenny