¿Usted qué prefiere: un bolso de Gucci de nueva temporada o uno de segunda mano de los años 90? Mientras se lo piensa, sepa que las ventas del mercado de lujo de segunda mano ya crecen a mayor ritmo que los nuevos lanzamientos de las firmas más lujosas.

Con unos ingresos de 25.000 millones de dólares al año, el lujo de segunda mano tiene ya tanto peso que algunas de sus compañías cabeceras podrían cotizar pronto en bolsa.

Es el caso de RealReal, la plataforma de e-commerce líder en la reventa de lujo. Quizás no la conoce, pero para que se haga una idea de su tamaño, procesa entre 200.000 y 300.000 productos al mes. Así está la oferta.

A diferencia de las grandes firmas, quien acude a este mercado de segunda mano suele ser una clientela más joven que busca gangas de marcas destacadas y que promueve el reciclaje. Por poner algunos ejemplos, en la web de RealReal los compradores pueden adquirir productos con grandes descuentos, como un top de encaje negro de Givenchy fuera de temporada por 1.200 euros, un tercio del precio original. Pero otros productos pueden mantener su valor o incluso encarecerse, por tratarse de un objeto raro o de colección, como un bolso Birkin de Hermès hecho con cuero de avestruz, que se revende por 21.000 euros cuando el precio original rondaba los 15.000.

Los precios varían en función del estado en el que se encuentra el artículo y su demanda. Y las plataformas como RealReal ganan dinero tomando un margen del precio de reventa del artículo, que oscila entre el 10% y el 50%, en función del producto y del precio inicial por el que se ha vendido.

Esas ventas arrasan hasta tal punto que marcas de lujo de la talla de Louis Vuitton, a través del grupo LVMH, o Gucci, a través de Kering, pretenden sacar tajada. ¿Cómo? Mediante asociaciones. Si no puedes con el enemigo, únete a él.

Las marcas de lujo habían evitado hasta ahora el comercio de segunda mano por temor a perder su exclusividad y canibalizar sus ventas. Pero ya no pueden ignorar durante más tiempo un negocio de lujo de segunda mano que tiene un valor de 25.000 millones de dólares en ingresos anuales y con unas perspectivas de crecimiento del 10% anual en los próximos años. Eso es más del doble de lo que se espera en el mercado del lujo de primera mano.

Las marcas se han dejado convencer con un argumento: plataformas como RealReal dicen “no somos una amenaza, sólo una forma más de canalizar el dinero y llegar a otro público”. Y si lo que arrasa es el lujo de segunda mano, las grandes firmas agachan la cabeza.