Agencias.- Orange ganó el pasado año 1.906 millones de euros de beneficio, un 35% menos que en 2016, cuando ingresó 2.080 millones de euros por la venta del operador irlandés EE. Al margen de esos y otros elementos no recurrentes, y si sólo se tienen en cuenta los negocios que mantiene, el resultado neto se duplicó a 2.114 millones de euros en 2017, frente a los 1.010 millones del ejercicio precedente.

El resultado de explotación creció un 20,6% hasta 4.917 millones de euros y la facturación un 1,2% en datos equivalentes hasta 41.096 millones. Eso se explica en gran parte por unas tasas de incremento "récord" en España de sus principales magnitudes, y en especial por el tirón del 17% del Ebitda ajustado, hasta 1.582 millones de euros.

Además de obtener un aumento del 7,1% de la facturación en España, hasta 5.371 millones de euros, que compensó parcialmente el alza de las compras de contenidos y las cargas comerciales, la empresa se benefició de la "evolución favorable" del paso de clientes de ADSL a la fibra.

En su mercado doméstico, el Ebitda sube un 1,4% hasta 6.901 millones, gracias al incremento de los ingresos por tercer año consecutivo. Las buenas noticias para el operador francés llegaron también de África y Oriente Medio, con un alza del 7% en términos comparables del Ebitda.

La situación contrasta con lo sucedido en otros países europeos en los que Orange está presente, con caídas del Ebitda ajustado del 4,8% en Polonia, del 4,3% en Bélgica y Luxemburgo y del 1,7 % en Europa central.

Sobre la base de estos resultados y de sus perspectivas, Orange confirmó el pago de un dividendo de 0,65 euros por acción a cuenta del ejercicio de 2017 y avanzó que se propondrá a la junta que se celebre en 2019 aumentarlo en cinco céntimos, hasta 0,70 euros, a cuenta de 2018.

De hecho, para este año la empresa espera un incremento de su Ebitda ajustado a un ritmo superior al conseguido en 2017 sobre una base comparable.