De David a Goliath. Hablamos de empresas privadas, que no cotizan en bolsa, pero que si lo hicieran superarían la capitalización de muchas, y muy grandes. Un ejemplo es Shazam, que ha cerrado esta semana una nueva ronda de financiación por 30 millones de dólares. Según su CEO, Andrew Fisher, esto significa que Shazam alcanza un valor de 1.000 millones de dólares. La compañía ha declarado que la nueva financiación le permitirá desarrollar su tecnología y dirigirse a nuevos sectores de mercado.
Recordemos que Shazam es una startup dedicada al reconocimiento de canciones que ha estado durante mucho tiempo en el TOP 10 de la App Store y que ahora está creciendo de tal modo que ya cuenta con 250 empleados a nivel mundial.
Es curiosa la expansión que están experimentando estas empresas emergentes, startups, que desarrollan servicios de gran innovación y cuyo valor comienza a igualarse al de otras empresas mucho mayores.
Dejando a un lado Shazam, la compañía de ElonMusk, SpaceX, adquiere un valor de 12.000 millones de dólares. SpaceX ha recibido 1.000 millones de dólares de Google y Fidelity, aunque la mayoría del dinero viene de Google. El gigante de las búsquedas está especialmente interesado en las ambiciones de SpaceX de llevar conexión de Internet al espacio. Google, que quiere ampliar su cobertura, no quiere desaprovechar esta gran oportunidad.
El valor de SpaceX alcanza al de otras empresas parecidas del sector tecnológico como Airbnb, Dropbox y Snapchat que tienen un valor de entorno 10.000 y 13.000 millones de dólares. Aunque sigue por debajo de Xiaomi, con 46.000 millones de dólares, Uber, con más de 41.000 millones y Palantir, compañía especializada en análisis de datos, con 15.000 millones de dólares.
Pequeñas grandes empresas
Guardar
