Al sur de Gales encontramos una ciudad portuaria, Port Talbot. En ella se encuentra la planta de producción de acero homónima, la mayor de las tres principales plantas de acero de Reino Unido y una de las más grandes de Europa.

Una planta que pierde hasta 1'4 millones de dólares al día debido a la caída de los precios del acero, los elevados costes de producción y la presencia del fantasma chino. Estos son los motivos que han llevado a Tata Steel, el mayor productor de acero en Gran Bretaña, a marcharse del país.

El cierre de las operaciones de Tata Steel afectará principalmente a las pequeñas empresas del país, que representan alrededor del 95% de las empresas manufactureras británicas, puesto que deja un agujero importante en las cadenas de suministro de los fabricantes. Sin olvidar, por supuesto, el duro golpe que supondrá en la logística de la industria del automóvil.

Aunque la industria del acero supone una parte pequeña de la economía británica, un 1% de su PIB, el golpe a nivel humano y económico es grande. Por un lado, por la pérdida de puestos de trabajo: se calcula que la marcha de Tata Steel pondría en riesgo unos 40.000 puestos de trabajo en Reino Unido. Una pérdida cuyo foco está en Gales y el Norte de Inglaterra, zonas más subdesarrolladas que dependen de esta economía para su sustento.

Por otro lado, si Gran Bretaña tiene que empezar a buscar acero en el extranjero, dejará a muchas firmas que utilizan acero británico expuestas a las fluctuaciones de los tipos de cambio de divisas, así como mayores costes en el transporte.

Todo esto en un contexto en el que la invasión del acero chino impide que la UE levante cabeza. Como resultado de su propia caída de la demanda, China ha inundado los mercados europeos con un precio muy bajo del acero. Para que nos hagamos una idea, en los últimos tres años China ha producido más acero que Gran Bretaña desde la revolución industrial. En 2015, Gran Bretaña importó 826.000 toneladas de acero chino.

El mayor problema de todo esto es que si Port Talbot cierra, habrá un competidor menos en Europa. Si la tendencia sigue así y poco a poco desaparecen las plantas productoras de acero europeas, el precio subirá y el acero chino será el principal protagonista.

 

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IMAGEN: Flickr/Al McDonagh