Repsol cierra el ejercicio 2016 con unas ganancias de 1.736 millones de euros. La petrolera española supera las previsiones del mercado y vuelve a beneficios tras las pérdidas de 1.398 millones de 2015, cuando sus cuentas se vieron lastradas por unas provisiones de 2.957 millones ante la posible persistencia de un escenario de precios bajos del crudo.

El beneficio neto ajustado, de 1.922 millones de euros crece un 4% respecto a un año antes, cuando se incluían 500 millones de euros de operaciones financieras excepcionales derivadas del cobro por YPF. Según Repsol, estos datos reflejan la fortaleza y flexibilidad de los negocios, especialmente tras la adquisición de Talisman. Por su parte, el Ebitda alcanza los 5.226 millones, un crecimiento del 18%, apoyado por los ahorros derivados de los programas de eficiencia.

La fuerte capacidad de generación de caja de los negocios, el éxito del programa de eficiencia y la gestión de la cartera de activos se reflejaron también “en una reducción del 32% de la deuda neta, hasta los 8.144 millones de euros (1,6 veces EBITDA)”.

La compañía cierra el ejercicio con una producción media de hidrocarburos de 690.200 barriles equivalentes de petróleo al día, un 23% más que en 2015.

El área de Upstream (Exploración y Producción) sale de pérdidas y logra un resultado de 52 millones de euros, superior en 977 millones al obtenido en el año anterior, gracias a unos menores gastos de exploración, menores tasas de amortización técnica, mayores volúmenes y menores costes.

El área de Downstream (Refino, Química, Marketing, Lubricantes, Trading, GLP y Gas & Power) alcanza un resultado neto ajustado de 1.883 millones de euros, una caída respecto a los 2.150 millones de ejercicio 2015.