La utility alemana ha desvelado esta mañana sus cifras del primer semestre que han resultado por debajo de lo esperado. El EBITDA se ha situado en los 3.190 millones de euros, prácticamente en línea.

El Beneficio neto ha sido de 543 millones, este sí, por debajo de lo esperado. La deuda se reduce a 25.600 millones, baja casi 6.000 gracias a las desinversiones llevadas a cabo en el semestre.

RWE, que quiere simplificar su estructura para reducir costes y agilizar procesos de tomas de decisiones, mantuvo la facturación en 25.138 millones de euros en el primer semestre. RWE mantiene pronósticos de beneficio neto ajustado para 2015 entre 1.100 y 1.300 millones de euros.

Las ventas de energía en Europa subieron en el mismo periodo hasta 614 millones de euros, un 4,2 % más que en los mismos meses de 2014, tras la normalización de las temperaturas respecto al año anterior cuando el invierno fue muy suave.

RWE va a aplicar hasta 2017 una reforma profunda en su estructura para reducir gastos de burocracia, dada la baja rentabilidad por la caída de los precios mayoristas de la electricidad.

El consejo de supervisión de RWE aprobó el lunes la reconstrucción de la compañía, que simplificará la estructura y acelerará la toma de decisiones