La aerolínea de vuelos baratos Ryanair ha presentado un beneficio récord de 1.450 millones de euros en su último año fiscal. Es un 10% más y por encima de lo esperado, en un periodo en el que la compañía se ha visto obligada a suspender vuelos y reorganizar la programación de parte del año por problemas con sus pilotos, y a compensar a sus clientes.

Pero advierte de que los beneficios caerán debido al aumento de costes y la falta de crecimiento de las tarifas.

Ryanair canceló 20.000 vuelos en septiembre como medida de emergencia para liberar pilotos y garantizar el funcionamiento de su flota de 400 aviones durante el resto del año. Las cancelaciones provocaron una ola de mala publicidad y obligaron a Ryanair a recortar sus planes de crecimiento por primera vez en años. Ha insistido en que se trata de una medida temporal y que su objetivo de crecimiento a largo plazo sigue intacto.

Sin embargo, espera obtener un beneficio después de impuestos de entre 1.250 millones y 1.350 millones de euros para el próximo ejercicio, inferior a los 1.370 millones de euros esperados por los analistas.

Ryanair prevé un crecimiento del tráfico del 7% hasta alcanzar los 139 millones de pasajeros, frente a los 138 millones previstos en la última previsión. Espera que los costes unitarios aumenten un 9% debido al aumento de los precios del personal y del petróleo, con unos ingresos procedentes de los productos auxiliares que probablemente no crecerán con la suficiente fortaleza como para compensar completamente esta situación y unas tarifas globalmente planas en el año fiscal 2018/19.