En plena era de los robots, nos sorprendemos por los nuevos avances tecnológicos. Pero hay un robot que nos acompaña desde hace muchos años: se trata de la famosa Thermomix.

Su invención se remonta a los años 60. La idea nació cuando una madre alemana quiso preparar comida de bebé pero no logró encontrar en el mercado un electrodoméstico que triturase la comida en trozos lo suficientemente pequeños para cocinarlos.

Esta idea fue recibida con entusiasmo por dos hermanos alemanes: Carl y Adolf Vorkwerg, que provenían de una familia dedicada a la fabricación de alfombras. Ambos fundaron el grupo Vorwerk, que es el grupo encargado de distribuir la Thermomix.

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El primer modelo se lanzó en 1971. Primero se introdujo en Francia, puesto que su cocina se caracteriza por las cremas y las sopas. Más tarde, llegó también a España e Italia.

Desde entonces, la Thermomix se ha convertido en un referente de los robots de cocina. Su presencia se expande en más de 60 países: no sólo en las principales potencias europeas, sino también en China, México, Australia o Taiwán.

España es su cuarto mercado mundial, por detrás de Alemania, Francia e Italia. Cada cinco minutos se vende una Thermomix en nuestro país, que el año pasado llegó a registrar hasta 178 millones de euros en ventas.

Una de las particularidades de Thermomix es que no está disponible en ninguna tienda. Sólo se comercializa por venta directa a través de una red de distribuidores locales que hacen demostraciones a domicilio. Thermomix cuenta con casi 27.000 agentes comerciales repartidos en todo el mundo, 9.000 de ellos en España.

Pero a pesar de sus prestaciones, el precio de la Thermomix es elevado: ronda los 1000 euros. Es por ello que hoy en día casi todas las marcas de electrodomésticos cuentan con su propia alternativa, más asequible. A pesar de ello, la Thermomix sigue siendo la pionera y, podríamos decir, el primer robot que entró en nuestras casas.

 

IMAGEN: Flickr/José Luis Sánchez Martín