Vernel se vuelve vegano. En concreto, quien se suma a esta moda es su dueña, Henkel, propietaria de marcas muy conocidas como Loctite, Neutrex, Mistol, Diadermine o Schwarzkopf.

Atención a estas dos últimas, a Diadermine y Schwarzkopf, porque ellas son las principales responsables de este cambio de filosofía. El consumidor de productos de belleza está cada vez más concienciado con los derechos de los animales y se decanta cada vez más por fórmulas que no contengan ingredientes de origen animal. De ahí que ahora Henkel se convierta al veganismo: para resucitar su negocio de belleza.

Henkel lanza el anuncio después de lanzar un profit warning en enero debido al aumento de sus inversiones en marcas y tecnología digital para reactivar el crecimiento de sus negocios.

En los últimos años, la compañía ha tenido un desempeño peor que el de sus rivales como Procter& Gamble o Unilever en los últimos años. En 2018, su beneficio ha caído más de un 8% hasta los 2.300 millones de euros. Lo achaca sobre todo al impacto del tipo de cambio y al encarecimiento de las materias primas.

Aun así, la compañía está con la mosca detrás de la oreja. Sus ventas han caído un 0,6%. Las del negocio de belleza, cerca de un 1%. Henkel se ha dado cuenta de que sus marcas en la categoría de cuidado capilar se han quedado algo obsoletas. Necesitan subirse al carro de lo que el consumidor demanda.

El movimiento es bastante lógico. Grandes marcas de la competencia, como L’Oréal o Unilever, la dueña de los desodorantes AXE y los champús TresEmmé, ya han movido ficha. L’Oréal compró el año pasado la firma de productos de belleza vegana Logocos Naturkosmetik, mientras que Unilever lanzó su propia marca, Love Beauty and Planet, vegana y cruelty free, de cuidado capilar y corporal.

Aunque ojo: una cosa es ser vegano y otra cruelty free. En Europa, no todos los productos son veganos, pero sí todos son cruelty free, lo indique o no en la etiqueta, porque la experimentación con animales en cosmética está prohibida en el Viejo Continente. Aunque muchas marcas aprovechan el desconocimiento del consumidor para añadir un sello cruelty-free, no homologado por la UE, y darse así más notoriedad.

Con el objetivo de ofrecer alternativas naturales a sus clientes, Henkel relanzará su marca de champú Schauma  con una fórmula vegana, lanzará a más mercados su línea Nature Box de productos de cuidado capilar y corporal hechos con aceites prensados en frío y lanzará una nueva línea de tintes para el cabello, también libre de ingredientes de origen animal.  A diferencia de quienes se pasan al veganismo para salvar a los animales, Henkel se pasa al veganismo con la esperanza de salvarse a sí misma.