La compañía de telecomunicaciones Vodafone ha comprado las operaciones de la estadounidense Liberty Global en  Alemania, República Checa, Hungría y Rumanía. Quiere hacer frente a sus rivales con una gama más amplia de servicios de televisión por cable, banda ancha y móviles, ser uno de los actores con escala necesaria para proporcionar toda la gama de servicios de entretenimiento y comunicaciones que los consumidores desean. Esta tendencia también explica por qué Liberty sale de mercados donde no tiene toda la gama de servicios.

La operación está valorada en 18.400 millones de euros (21.800 millones de dólares). El acuerdo todavía requiere el visto bueno de las autoridades reguladoras pero esperan cerrarlo en la primera mitad del año que viene.

Con este movimiento, Vodafone quiere acelerar su estrategia de convergencia de comunicaciones y llegará a 110 millones de hogares y negocios. Su consejo delegado, Vitorio Colao, señala que ayudará a generar valor para los accionistas y clientes. "Vodafone se convertirá en un propietario líder europeo de la próxima generación de red, sirviendo a un gran número de clientes de móviles y hogares en la Unión Europea", ha comentado Colao.

Se trata del movimiento más importante de Vodafone desde que salió de Estados Unidos en 2014. Liberty permanecerá en Gran Bretaña, Irlanda, Suiza, Bélgica, Polonia y Eslovaquia.