La respuesta es sencilla, "somos todos emocionales y más los profesionales", apunta Antonio Horcajo, gestor senior multi-activo global de KBL España. Los mercados bursátiles parten de la base "de la hipótesis de los mercados eficientes donde dicen que la información fluye libremente", añade.

En el caso del inversor racional, "este aprovecha esa información objetiva para cuantificar y tomar su decisión de inversión", puntualiza Horcajo. La clave y la diferencia está en que el inversor racional "tiene aversión al riesgo". 

En el lado opuesto, según Horcajo, está el emocional que "tiene aversión a la pérdida y está marcado por la función de utilidad". Puedes escuchar el audio completo aquí: