Mientas Estados Unidos y China agitan los temores de la guerra comercial, la inestabilidad política italiana planea sobre la eurozona, que tiene demasiado cerca la última crisis de deuda. Los temores inundan el mercado y caen las divisas, mientras suben las rentabilidades de los bonos periféricos y las primas de riesgo. Dinámicas que pueden pasar factura a las bolsas y las economías de muchos lugares del mundo, como son las emergentes.

“Lo bueno es que los mercados emergentes no están dando ruido como el resto, no están siendo los protagonistas aunque sufran algunas de las consecuencias”, explica en Capital Radio el responsable de ventas de Aberdeen, Álvaro Antón Luna.



Los emergentes copan el 60% del PIB mundial y acumulan el 50% de las reservas mundiales de divisas. Dada la incertidumbre en el Norte y con una rentabilidad muchas veces mayor a los propios mercados desarrollados, se convierten en alternativas apetitosas de inversión.

“La principal ventaja que tienen es su enorme crecimiento poblacional, unas clases medias que comienzan a consumir y a invertir. Un ejemplo, de aquí a 2020, 9 de cada 10 altas de móviles van a ser en mercados emergentes”, señala Antón Luna.

Este crecimiento abre la puerta a los sectores de infraestructuras, construcción, servicios básicos, banca, materiales, industriales y telecomunicaciones. Aunque este experto recomienda mantenerse, por el momento, alejados de utilities y energía, sectores que históricamente gobiernos como los latinoamericanos han controlado más.

Aberdeen recomienda también vigilar los riesgos: la subida del dólar, el petróleo y los tipos de interés en Estados Unidos.