Con una capitalización bursátil de 5.600 millones de euros, Cellnex es una pequeña compañía con gran atractivo para los gestores. ¿Por qué? Porque tiene torres de wifi que permitirán la conducción de los coches autónomos. Su negocio tiene algo único: una barrera de entrada que no tienen las demás compañías. Algo similar ocurre con Elis: establecida en Francia, gestiona los uniformes industriales, lavanderías... tiene un aspecto diferenciador que la hace líder.

Las pequeñas compañías ganan a las grandes. En los últimos 20 años, las grandes compañías han tenido una rentabilidad anualizada del 5%, mientras que las pequeñas han superado el 10%. Tienen una volatilidad mayor, "pero ganan en cuanto a rentabilidad/riesgo", señala Carlos Moreno, director de ventas de Iberia en Columbia Threadneedle, con quien analizamos el fondo Threadneedle Global Smaller Companies.



El Threadneedle Global Smaller Companies busca buenas compañías. ¿Qué es una buena compañía? Aquella que tenga crecimientos sólidos y estables, poco endeudadas, que tengan algún tipo de barrera de entrada, que tengan una marca relevante que pueda hacer que el resto de competidores no lo tengan.

El fondo tiene una volatilidad elevada, del 15%. "No es apto para todos los públicos, en el largo plazo es donde el gestor puede añadir valor", señala Moreno.