No solo las empresas de China están pagando las consecuencias de la decisión de la administración de Joe Biden de no enviar ningún tipo de tecnología que permita a China desarrollar sus propios equipos de microchips.

La taiwanesa Taiwan Semiconductor, ha recibido el castigo en sus títulos también en la última sesión si tenemos en cuenta que el 10% de sus ingresos proceden del mercado chino.

También importantes empresas americanas, como NVIDIA, que obtienen un porcentaje muy alto de sus ingresos en China, sufrirán las consecuencias.

Algunos medios ya se refieren a este acontecimiento como el 'momento Sputnik de China'.

Si en algo coinciden los expertos es en que estamos ante una estrategia geopolítica y con tres actores como protagonistas de la película: EE. UU, China y Taiwan.

"En este tira y afloja, China sería capaz de restringir la venta de baterías y Estados Unidos, tendría que ceder en el veto; siempre teniendo en cuenta a Taiwan, que es la pieza clave de este ajedrez", explica Juan Esteve, responsable de Gestión Alternativa en Kaumarkets.

Irastorza: "La mayor parte de hardware de telecomunicaciones de España procede de China"

China monopoliza prácticamente el mercado de baterías, al mismo tiempo que Taiwan es líder en la producción mundial de microchips.

Pero más allá de esto, está el componente militar de las tecnologías vetadas por Estados Unidos, que consolidan una clara ventaja en este aspecto para la potencia asiática, aunque con matices en opinión de Eduardo Irastorza, profesor de OBS Business School.

"Entre ellos está una decidida voluntad de EE.UU de recuperar terrenos que había cedido. Reflejo de ello es también su comportamiento en la guerra en Ucrania", aclara.

Si nos remontamos a los precedentes que han desencadenado esta situación podemos establecer tres etapas, según Irastorza.

Una primera, en la que China competía con productos occidentales a precios más competitivos; una segunda, en la que empezó a desarrollar acuerdos con otros países –incluido EE. UU- para desarrollar productos más sofisticados y la tercera, que es en la que nos encontramos ahora y en la que la tecnología la marca y la define China.

¿Fue el veto a Huawei un aviso?

No nos olvidemos de que no se trata de la primera llamada de atención a la segunda potencia económica mundial. "La tecnología 5G de la compañía fue la llamada de atención de que China estaba asumiendo el papel de liderazgo tecnológico", apunta Irastorza.

Un veto promovido por Donald Trump en 2019 en el que varios fabricantes de semiconductores y chips estadounidenses dejaron de proporcionar tecnología a Huawei.

China apenas representa un 5% de la oferta mundial de semiconductores, pero más de un 35% en el caso de la demanda. Lo que puede hacer que el impacto del veto de la economía norteamericana sea significativo, según Rafael Galán, analista independiente.

"El impacto económico de la escasez de semiconductores en la potencia asiática puede ser significativo por la dependencia de otras industrias".

El impacto, no se dejaría sentir solo allí. En España, por ejemplo, "la mayor parte de hardware de telecomunicaciones procede de China", por lo que nos dejaría en una situación comprometida, tal y como señala el profesor de OBS Business School.

En este sentido, es Estados Unidos quien domina la oferta mundial de este mercado –representando un 47% de la cuota mundial-, seguida de Corea –que representa el 20%.

¿Cómo contraatacará China?

La potencia asiática tiene dos vías o campos de actuación.

Por un lado, China podría deshacerse de todas sus reservas en dólares y por otro – lo más probable- es que "suba la apuesta y busque nuevos colaboradores", según Eduardo Irastorza.

Nadie espera, además, que las tensiones entre las dos principales potencias económicas cesen el corto plazo. No solo eso, sino que la situación empieza a recordar a una guerra comercial empezada en su día por otro presidente de la Casa Blanca, Donald Trump.

Ramón Gascón, miembro de la junta directiva del Club de Exportadores e Inversores de España y profesor de EAE Business School, considera que "Joe Biden ha recogido el testigo que dejó en su día Trump en esta batalla".

"La vez anterior la economía norteamericana manejó bien la situación, pero ahora la situación es distinta. El déficit comercial que mantienen Estados Unidos con China es de casi 400.000 millones de dólares", matiza Gascón.

Por lo pronto, el Ministerio de Comercio de China ha calificado "de intimidación" la decisión del Departamento de Comercio de los Estados Unidos. Pekín, asegura también que se cuestionan las reglas del mercado.

Es cierto que la intención de China es desarrollar esta industria y conseguir una ratio de autosuficiencia del 70% en tres años. Un reto, que muchos ven complicado de alcanzar puesto que en la actualidad oscila entre el 10 y el 30%.