El gigante petrolero de Arabia Saudí, Aramco, informó una ganancia neta interanual de más del doble a 110 mil millones de dólares.

Las sanciones económicas impuestas a Rusia por la guerra de Ucrania amenazan la presencia del oro negro ruso en el abastecimiento global y disparan la cotización del hidrocarburo.

En 2021, los ingresos netos de la mayor petrolera del mundo aumentaron un 124 % aunque el panorama es incierto debido a los factores macroeconómicos y geopolíticos.

Desde Aramco aseguran, en un comunicado, que están haciendo todo por su parte, pero que otros actores de la industria tambien deben aumentar la inversión ya que la demanda de petróleo continuará acelerándose en los próximos años.

Las empresas de Arabia Saudí no son las únicas que empiezan a verse beneficiadas del conflicto ruso-ucraniano, Emiratos Árabes es otro vencedor en términos de petróleo.

Empresas alemanas han empezado ha firmar acuerdos en Emiratos Árabes Unidos (EAU) mientras que Berlín busca suministros de energía alternativa.

La eurozona está invirtiendo en energía más limpia y tiene como objetivo reducir su dependencia energética rusa como sanción por su invasión a Ucrania.

Desde Japón, el ministro de Asuntos Exteriores, Yoshimasa Hayashi, pidió a EAU un aumento de la producción petrolera para normalizar los precios del combustible en el ámbito internacional.

A Hayashi le interesa que desde Oriente Medio aumenten la capacidad de producción del crudo para asegurar el suministro y contribuir a la estabilización del mercado mundial.

Japón, país de escasos recursos energéticos, depende del petróleo y gas natural extranjero y en ese sentido alrededor del 30 por ciento del crudo importado procede de EAU.

Aumenta la competitividad entre los paises de Oriente Medio

Reducir la dependencia energética de Rusia también tendría una desventaja, dado que EAU compite con otros como Arabia Saudí por ser el mayor baluarte del Golfo.

La neutralidad puede ser más difícil de mantener si la guerra se agrava y, además los Emiratos se ven sometidos a la presión de EE.UU. para que bombee su capacidad petrolera sobrante.

De hecho, el primer ministro británico, Boris Johnson ha visitado en los últimos días Arabia Saudita y EAU con la esperanza de convencer a los países productores de petróleo del Golfo, de que aumenten su producción para frenar el alza de los precios del crudo.

Mirando hacia Asia, en 2022, Arabia Saudí recuperó el puesto de mayor proveedor de crudo de China mientras los envíos rusos cayeron un 9%.

Sin duda, es probable que se pida a los países de Oriente Medio que relajen las restricciones de destino de sus envíos de crudo para que se reduzca una mayor subida de precios mundiales.