Lo que hoy conocemos como MAPFRE no sería posible sin su vocación americana. Son tres generaciones de gestores, mejor dicho, cuatro si incluimos la generación de mi padre, que a sus 98 años es la única persona viva que vio nacer MAPFRE, en 1933, como joven empleado de la Agrupación de Propietarios de Fincas Rústicas de España, las que han participado en poner los cimientos de una aseguradora que hoy tiene una vocación global, que al principio sólo fue ibérica, y después americana y europea.
Lo cuenta el desaparecido Ignacio Hernando de Larramendi, primer ejecutivo e impulsor de MAPFRE entre 1955 y 1990, en su libro “Así se hizo MAPFRE”. Hay que partir de la base que tras los modestos orígenes de MAPFRE, o mejor dicho, con los graves problemas de gestión que poco después acarreaba, aún a pesar de nacer como la mutua de los ricos propietarios terratenientes, estos se fueron superando con inteligencia por la capacidad, la visión y el esfuerzo de Larramendi. Obsesionado por América, escribe: “Dentro de mi impaciencia ha estado la tendencia irresistible, por llamarla de algún modo, de no conformarme con la rutina cómoda; quizá a eso obedecía mi preocupación permanente por América, por hacer algo relativo a su mejora, por contribuir de algún modo a dar a conocer mejor el fenómeno americano y la aportación generosa, aun a veces cruel y contradictoria de España en todo ese continente. Mi preocupación por América me llevó a una política de implantación, creo que con éxito”.
La vibrante realidad que hoy vive MAPFRE en América confirma las sensaciones del promotor del grupo. La entidad está presente en 49 países y realiza negocios en más de 100, es la primera aseguradora No Vida en América Latina y genera el 69% de sus primas fuera de su país de origen. Después de España, y como desde la propia aseguradora se venía anunciando, su primer mercado es Brasil, seguido de Estados Unidos y México. El 36,5 del resultado consolidado es aportado por América, de norte a sur. Aparte, habría que hacer una consideración de la aportación que realiza MAPFRE REASEGUROS, en base a la internacionalización de sus negocios, que contribuye al resultado consolidado con un 14,1%, además de aportar 3.343,3 millones de euros en primas.
En 2014 MAPFRE gestionó unos activos totales de 67.232 millones de euros, un 18,3% más. Los ingresos consolidados alcanzaron los 26.367 millones de euros, el 1,8% más, las primas fueron de 22.401 millones, el 2,6 más, y el beneficio atribuible creció un 6,9% hasta los 845 millones de euros. Para Antonio Huertas, presidente de MAPFRE, 2014 ha sido un ejercicio excelente. El ratio combinado se encuentra por debajo del 96% y el margen de solvencia como grupo asegurador global es 2,6 veces el exigido, lo que le coloca como uno de los grupos globales más solventes del mundo, según explicaciones del propio Huertas. Con todo, una de las acciones más visionarias y motor que impulsará el negocio en el futuro es el reparto en cuatro unidades de negocio: asegurador, reaseguro, global risks y asistencia. Todas están volcadas en el crecimiento internacional, pero es que, al menos tres, son esencialmente internacionales: reaseguro, donde MAPFRE RE se encuentra entre los primeros 15 reaseguradores del mundo y cuenta con más de 1.600 compañías cedentes de 105 países; asistencia, tercera compañía en el mundo con 90 millones de asegurados; y global risks, con más de 3.000 empresas aseguradas y primas que sobrepasan los 1.049 millones de euros.
MAPFRE es el asegurador No Vida número 1 en Brasil, con un 15,5% de cuota de mercado, y también el número 1 en Puerto Rico, con un 14,5%. Es el número 3 en Perú, el 4 en Chile, el 5 en México y el 6 en Colombia. Además, ocupa el puesto número 19 como asegurador de Autos en EEUU y el primero en el estado de Massachusetts. En Norteamérica está presente en 21 estados y va a iniciar operaciones en Vermont y Maine.
En el continente americano se generan más de la mitad de las primas del grupo, 11.732 millones de euros, con un incremento del 2,6%. Aunque presente en los cinco continentes y con la ilusión de avanzar en Asía y Pacífico, además de Europa, es en el continente americano donde cabe esperar un enorme desarrollo en los próximos años, acompañando, paso a paso, la formación y creciente prosperidad de una clase media en toda América Latina. Pero descarten el término colonización porque no se trata de eso; hoy los flujos comerciales y empresariales circulan en los dos sentidos y son bien visibles. Tradicionalmente, España ha recibido inversiones de América, sobre todo de Estados Unidos, pero en los últimos años, aprovechando las ventajas de la crisis, son muchas las inversiones procedentes de Brasil, México, Venezuela y otros países, que se están produciendo en España. Además, en un mundo globalizado, la profusión cultural y étnica de los hispanos también enriquece el acervo muy diverso de los españoles, país de países, en su propia patria. Lo demuestran los millones de inmigrantes que procedentes de América ya cuentan con la nacionalidad o la residencia en España.
El avance de MAPFRE en América se comenzó a gestar a partir de la posición de conocimiento del mercado internacional con el que contaba MAPFRE RE. En 1986 se adquirió la aseguradora ACONCAGUA, en Argentina. En mayo de ese mismo año se ponía en marcha MAPFRE ASISTENCIA, después de rechazar una interesada oferta de cobertura de esta actividad por parte de una entidad francesa. En agosto de ese año, MAPFRE adquirió el 45% de la nueva aseguradora EUROAMÉRICA, en Chile. En septiembre de 1988 adquiere la CAJA REASEGURADORA DE CHILE, que durante 70 años disfrutó del monopolio del reaseguro en este país. Y así, poco a poco, sin comprar ni las entidades más grandes ni las más costosas, MAPFRE fue creciendo, uniendo, implantando y transformando las distintas culturas empresariales para conseguir un grupo cada vez grande y cohesionado. Muy bien estructurado y dinámico, como lo prueba su nuevo modelo de gobierno corporativo simplificado que permite una rápida toma de decisiones y cuya máxima responsabilidad recae sobre el actual presidente, Antonio Huertas, que por su experiencia internacional es muy consciente de los retos que se deben afrontar para seguir conformando un gran grupo asegurador con origen en España, pero con vocación global, independiente y volcado en ganarse cada día la confianza de cuantos están a su alrededor.
Importante añadir otro aspecto. Hoy MAPFRE cuenta con un 75% de su negocio en No Vida y un 25% en Vida. En los próximos años tendrá que tender al equilibrio o, directamente, a dar la vuelta a esa relación, como parte de las necesidades que los sistemas previsionales y de jubilación van a plantear en todos los países del mundo. Imaginen los millones en activos y ahorros gestionados que eso va a suponer.
by Miguel Benito en Actualidad Aseguradora América Latina
América y MAPFRE, una relación circular transatlántica
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