Analizamos en clave geoestratégica la situación internacional después de la primera reunión de la OTAN y Rusia. Hoy sigue el encuentro en la OSCE, pero hasta el momento, ni los miembros de la OTAN ni el propio país ruso han cedido un ápice en sus posiciones de partida.

La OTAN insiste en considerar a sus países miembro soberanos para decidir si pertenecen o no a la alianza atlántica. Si Ucrania desea hacerlo, no puede intervenir ningún tercero para impedirlo. Por su parte, Rusia defiende para Europa un modelo de estabilidad y seguridad basado en nuevos criterios. Apuesta por no tener en su "patio trasero" -así considera a Ucrania- una frontera directa con la OTAN.

Con el objetivo de arrojar más luz a esta cuestión, nuestro Invitado Capital de este jueves es José Enrique de Ayala, analista de la Fundación Alternativas.

Entrevista a José Enrique de Ayala

Hablamos con José Enrique de Ayala, analista de la Fundación Alternativas, para analizar en clave geoestratégica la situación internacional después de la primera reunión de la OTAN y Rusia.

Problema europeo sin presencia de la Unión Europea

Sobre el encuentro de la OTAN con Rusia, "la mejor noticia es que se hable porque la tensión baja y las posibilidades de un incidente grave disminuyen". Sin embargo, se está discutiendo sobre la futura estructura de seguridad europea sin la presencia de Europa. "La Unión Europea no está ni se la espera en un problema absolutamente europeo".

Josep Borrell, alto representante de la UE y vicepresidente de la Comisión Europea, comentó a finales de 2019 que si Europa no se convertía en un actor global, sería el terreno de juego de la otras potencias. Esta situación, según Ayala, es la que se está produciendo en estos momentos.

"No hay una unidad dentro de la Unión Europea sobre este asunto". Hay países, sobre todo en la zona báltica, que describen a Rusia como una amenaza para sus intereses. Y a otros les interesa contar con Rusia para sus negocios, como el caso de Alemania con el gas.

¿Existe solución al conflicto?

Rusia busca establecerse como potencia regional y ser respetada en los países donde ha tenido influencia. Mientras que los países occidentales, lejos de respetar esa voluntad rusa, sí que pueden llegar, según Ayala, a una resolución diplomática del conflicto. "Se podría llegar perfectamente a un acuerdo con Rusia en materia de seguridad, sin que los países del vecindario compartido tengan que integrarse en una alianza militar que suponga una nueva presión sobre Rusia", sentencia.