Las comisiones bancarias son algo de lo más común en cualquier parte del mundo. Sin embargo, cada país suele tener ciertas comisiones asociadas a su estructura bancaria que propicia que unos tipos de comisiones sean más usuales que otros. Es por eso que, en el día de hoy, queremos profundizar en cuáles son los tipos de comisiones con los que más se suele trabajar en España.

Además, a la hora de valorar estas comisiones y cómo nos pueden afectar en nuestro día a día y en nuestra economía, también hay que tener en cuenta las distintas condiciones a las que los bancos nos pueden someter a la hora de abrir una cuenta. Al fin y al cabo, hoy en día existen muchísimas alternativas que nos permiten acceder, por ejemplo a una cuenta sin comisiones. Sin embargo, existen también otras opciones para reducir las comisiones que pagamos anualmente a través de mejorar nuestra vinculación con el banco o contratar ciertos productos exclusivos y prácticos para nosotros.

Por todo esto, en este artículo analizaremos tanto los tipos de comisiones más comunes, como las condiciones a tener en cuenta a la hora de abrir una cuenta bancaria o las ventajas de mantener una relación estable y continuada con un mismo banco.

Las comisiones bancarias más frecuentes

En España, las comisiones bancarias más comunes están relacionadas con el mantenimiento y el uso de las cuentas particulares y de empresa. En este sentido, probablemente la comisión que más se repite entre particulares sea la de mantenimiento de cuenta bancaria, por la cual la entidad aplica cierto interés derivado de la propia gestión de la cuenta. Podríamos decir que esta sería la comisión más común de todas las que vamos a comentar.

Además de esta, otras comisiones frecuentes son aquellas que se aplican a ciertos movimientos, como a las transferencias bancarias, a la retirada de efectivo en cajeros y sucursales, a la emisión de cheques o a las asociadas a ciertas operaciones de inversión. Finalmente, también son muy habituales las comisiones relacionadas con la posesión de una tarjeta de débito y crédito, que por lo general se suelen generar anualmente y sirven para costear los gastos de gestión y emisión de las tarjetas.

Finalmente, los últimos tipos de comisiones bancarias más comunes son aquellas que se aplican cuando se da un descubierto en una cuenta, bien sea por recargos o por falta de dinero a la hora de cobrar un recibo. Además, en menor medida, también se pueden acreditar comisiones por cambio de divisas, cuando realizamos cambios de una moneda a otra, o por cuestiones de financiación, en las que se cobran ciertos intereses por realizar aplazamientos en los pagos de productos o servicios.

Condiciones de contratación bancaria a tener en cuenta

Está claro que uno de los aspectos más relevantes a tener en cuenta a la hora de abrir una cuenta o contratar cualquier tipo de producto bancario son las comisiones que vamos a pagar por su apertura o su mantenimiento. Cuando pensamos en abrir una nueva cuenta bancaria es cierto que son muchos los detalles en los que nos debemos fijar para poder obtener la mejor relación entre rentabilidad, servicios y precio.

Es por eso que la recomendación principal es siempre leer bien todas las condiciones que nos proponen los diferentes bancos, para poder conocer si realmente ese producto que vamos a contratar se adapta a nuestras necesidades y expectativas.

En este sentido, por lo general hoy en día los bancos cada vez suelen pedir menos condiciones particulares para abrir cuentas bancarias, sin embargo, de estas condiciones probablemente se establecerá el coste que tenga para nosotros contar con este servicio. Así, actualmente lo más común para beneficiarnos de una cuenta bancaria sin comisiones es, o bien contar con una cuenta que sea exclusivamente online o bien tener algún ingreso acreditado mensualmente, ya sea una nómina, una pensión o el cobro de una prestación.

Por lo demás, se podría decir que, cuantos más activos se aporten al banco, mayor estabilidad financiera y mejor historial de crédito tengamos, menores serán también las comisiones que pagaremos por abrir una cuenta.

Ventajas de mantener una mayor vinculación con tu entidad bancaria

Uno de los recursos más efectivos a los que podemos acceder a la hora de minimizar el coste y el número de comisiones que nos cobra nuestro banco, así como para mejorar las condiciones de contratación de cualquiera de sus productos es crear una relación de vinculación estable con nuestra entidad de confianza.

En este sentido, tanto los clientes particulares como la propia entidad generan una vinculación por la cual se establece cierto grado de compromiso que permite beneficiarse de algunas ventajas. En este sentido, los ejemplos más comunes de ventajas por vinculación suelen ser conseguir mejores condiciones a la hora de solicitar un préstamo o una hipoteca, de contratar un seguro, una cuenta depósito o un fondo de inversión.