Dormir una siesta es una costumbre muy extendida en nuestro país, que genera opiniones encontradas en cuanto a cómo afecta a nuestra salud. Según la mayoría de los expertos, echar una siesta corta contribuye a mejorar nuestro estado físico y mental en las horas posteriores, y estos beneficios se multiplican cuando incorporamos este hábito a nuestra rutina diaria.

Para aquellos que no han dormido lo suficiente por la noche, una siesta puede ser la solución perfecta para recuperar energías y reducir el estrés. Sin embargo, para disfrutar de todas las ventajas que ofrece esta práctica, es necesario tener en cuenta algunos consejos que nos procurarán un descanso perfecto sin perjudicar nuestro sueño nocturno.

¿Cuál es la mejor forma de dormir la siesta?

Hay que tener en cuenta las condiciones en las que debe realizarse la siesta para que sea efectiva:

Cuándo: La mejor hora para una siesta es entre las 13h y las 15h. Lo ideal es dormir la siesta unos 30 min después de haber comido ya que es el momento en el que el estómago está realizando la digestión. Dormir la siesta demasiado tarde podría causar problemas como insomnio nocturno o afectar a tu rutina del sueño.

Dónde: Encuentra un lugar cómodo y tranquilo para dormir. Es fundamental crear un ambiente propicio a la relajación y el descanso, con unas condiciones de ruido e iluminación adecuadas. La mejor alternativa siempre será dormir en una cama, ya que dormir en un colchón te evitará dolencias o contracturas en la espalda y cuello y evitará posturas forzadas para dormir, como puede ocurrir en un sofá.

Como inconveniente, hay que tener en cuenta, que el problema que puede llegar a existir si dormimos la siesta en la cama es que estemos tan cómodos que se prolongue más tiempo de lo previsto. Si no tienes la oportunidad de recurrir a la cama, o crees que te va a ser imposible levantarte tras una siesta corta, una opción puede ser también un buen sofá.

Cuánto tiempo: No es bueno despertarse en mitad de un sueño profundo, ya que puedes despertarte incluso más cansado y aturdido que antes. La siesta ideal no debería sobrepasar el límite de 45 minutos. Después de la siesta, date tiempo para despertarte antes de reanudar las actividades, en especial aquellas que requieren una respuesta, una mente despierta y despejada.

Si sigues estas indicaciones, disfrutarás de una siesta reparadora con muchos beneficios para tu salud. Aquí tienes los más destacados:

1. Previene las enfermedades cardiovasculares:

No dormir las horas necesarias aumenta la producción de cortisol, la hormona del estrés. Esta hormona, producida en exceso, debilita el sistema inmunológico y el muscular lo que puede favorecer la aparición de diabetes y cardiopatías. Sin embargo, mientras dormimos la hormona del crecimiento disminuye los niveles de cortisol y estimula el sistema inmunológico, reduciendo el estrés y mejorando el sistema muscular.

2. Disminuye la tensión arterial:

Los estudios han demostrado que dormir entre 45 minutos y una hora durante el día reduce la presión arterial y el ritmo cardiaco y reduce un 40% las probabilidades de sufrir un infarto.

3. Estimula el crecimiento:

Como hemos comentado en el primer punto, mientras dormimos el cerebro libera la hormona del crecimiento. Por ello, la siesta es imprescindible durante la infancia y la adolescencia, ya que el desarrollo depende en gran medida de la cantidad de horas de sueño. Hasta los 3 años, es recomendable que los bebés duerman entre 12 y 16 horas diarias. Los adolescentes hasta los 18 años deben dormir entre 8 y 9 horas al día, por lo que sería conveniente completar el sueño nocturno con una siesta a lo largo del día.

4. Potencia la productividad y el aprendizaje:

El sueño ayuda a fijar los conocimientos adquiridos y nos predispone para aprender otros nuevos, aumentando la capacidad de aprendizaje un 10%. La pausa que realiza en el cerebro cuando dormimos la siesta sirve para despejar la mente y aumentar la concentración y la productividad.

5. Impulsa la creatividad:

Numerosos estudios científicos determinan que dormir la siesta estimula la actividad del hemisferio derecho del cerebro, asociado a la creatividad.

6. Mejora el estado de ánimo:

Dormir hace que nuestro cerebro produzca serotonina, la denominada hormona de la felicidad, que tiene la función de regular el sueño, el apetito y el estado de ánimo y nos proporciona una sensación de bienestar. Dormir la siesta es una buena solución contra la irritabilidad y el mal humor y una terapia ideal para mejorar el ánimo y fomentar la positividad.