Un teclado inalámbrico se conecta al ordenador mediante una señal de frecuencia de radio, infrarroja o por medio de una conexión Bluetooth en lugar de hacerlo a través de cualquier tipo de cable. Para ello este tipo de teclado requiere baterías o alguna otra forma de energía para funcionar, puesto que al no estar conectado por cable con el ordenador no puede recargarse o recibir energía de esta forma.
La mayoría de las veces, un teclado inalámbrico utiliza pilas alcalinas, cuya ventaja es que son más baratas que las de litio, pero que no duran para siempre. De hecho, las luces traseras o luces LED, de este tipo de teclados gastan las pilas de forma rápida, por lo que es conveniente contar con baterías de repuesto.
Ahora bien, dependiendo de la calidad y características de cada teclado, su duración será mayor o menor. Para saber cuál escoger se puede ver una comparativa de los más vendidos pulsando aquí, de esta forma se podrá escoger el que mejor se adapte a las necesidades de cada uno.
De dónde surgen los teclados inalámbricos
Desde finales de los 90 se empezó a investigar y desarrollar la tecnología inalámbrica para tener su máxima expansión a partir del año 2000. Los primeros modelos de esta tecnología se conectaban por señales infrarrojas, lo que los hacía algo lentos, no obstante, con la llegada del Bluetooth las cosas cambiaron radicalmente.
La tecnología Bluetooth abrió un mundo de posibilidades para todo tipo de dispositivos, pero en el caso concreto de los teclados, a esta posibilidad hay que sumarle también el hecho de que los materiales con los que se construyen habitualmente los teclados también evolucionaron. Desde los teclados rígidos y conectados por cables se ha pasado a teclados flexibles y deformables inalámbricos que paso a paso van aumentando su eficiencia.
Ahora bien, todavía hay un camino por delante para mejorar las prestaciones de este tipo de teclados, puesto que aún se reportan interferencias, pérdidas de datos y peor precisión durante el uso de los mismos, sobre todo por parte de los gamers, que son quienes más se han volcado a utilizarlos.
En este sentido, la radiofrecuencia ha venido para suplir estos problemas ofreciendo una transferencia más rápida y eficiente con una tecnología parecida al WiFi en la que se precisa de una pequeña antena para la conexión. De aquí surgen también los dispositivos híbridos capaces de conectarse mediante Bluetooth o mediante la antena según sea mejor en cada momento.
Se podría afirmar que el desarrollo y aceptación de los teclados inalámbricos está en expansión y todavía tiene camino por recorrer hasta conquistar al público y a todas las marcas. No ha ocurrido lo mismo sin embargo con el ratón inalámbrico del que hay una gran cantidad de modelos en el mercado y que no ha tenido problemas para triunfar.
Cómo elegir el mejor teclado
Lo primero que hay que tener en cuenta para poder elegir un buen teclado inalámbrico es comprobar su estabilidad y agarre. El teclado no debería desplazarse por la superficie mientras se esté usando y si es así habría que descartarlo por completo.
Por otro lado, es importante ver si dispone de teclas multimedia y permite personalización como atajos de teclado, navegación por páginas o lanzamiento de aplicaciones. Esto supone un ahorro considerable de tiempo a la hora de trabajar.
Otro aspecto a tener en cuenta es si cuenta con sistema de antiderramamiento de líquidos y cómo son las teclas, puesto que a mayor relieve o perfil más difícil de limpiar. En este sentido hay que probar también la diferencia de tacto de un teclado a otro, pues no es lo mismo si son de membrana o mecánicos.
El número de puertos USB debería ser suficiente como para poder conectar una cámara de fotos, un lector de tarjetas o un pendrive, de manera que cuenten como mínimo con al menos dos de ellos para facilitarnos el trabajo.
De la misma forma, también es importante comprobar que en el teclado se puedan escribir y encontrar de forma fácil letras, guarismos y símbolos poco comunes sin necesidad de aprenderse complicados atajos de teclado. Al tiempo que se comprueba este requisito se puede mirar que cuente con un visor de teclado o menú que permita el acceso al mapeado del mismo.
Por otra parte, la ergonomía también juega un papel importante a la hora de la elección de teclado puesto que la posición de las manos ha de ser lo más natural posible si se quieren evitar posibles lesiones como el Síndrome del Túnel Carpiano. Y ya para terminar, hay que añadir que existen accesorios de teclado inalámbrico como periféricos que permiten recargar la batería, añadir un Keypad numérico o adaptar el teclado para suplir deficiencias visuales en caso necesario.