El impacto económico que ésta ha tenido ya se deja notar prácticamente en todos los sectores. Las restricciones, el confinamiento y la incertidumbre en la que todo ello ha derivado ha acabado provocando un descenso en el nivel de consumo de la población.

Un descenso del consumo que viene de la mano de una fuerte inflación y con los efectos que ello puede conllevar. Precisamente esta alta inflación se ve a través del aumento significativo en el precio de los alimentos, la energía, materias primas, y otros productos como los electrodomésticos.

Esto ha derivado en una serie de consecuencias que van, desde el cierre de comercios entre otros muchos factores, el aumento del precio de la luz, a la vuelta a requerir a profesionales de la reparación de aparatos, en detrimento de la compra de nuevos.

Las reparaciones, una alternativa más económica y ecológica

En este contexto, son cada vez más las familias que optan por la reparación de sus calderas, termos, calentadores, lavavajillas, lavadoras, frigoríficos, etc, al ser una opción más económica que lo que supondría comprar un electrodoméstico nuevo. Además, de ahorrar también es una opción más ecológica puesto que alargan la vida útil de estas piezas y esto ya se ha traducido en una demanda real, puesto que las empresas de reparación ya lo han notado un aumento de las solicitudes de reparación. Así nos lo confirma Jairo de Rapitecnic, asegura que han podido notar un aumento del 20 por ciento frente a los servicios del año anterior.

El aumento de esta demanda en los servicios de reparación y asistencia técnica en todo el país ha llevado a una situación a que los especialistas que trabajan en el mundo de los servicios técnicos oficiales de las marcas están llenos de trabajo y esto se ha traducido también en un aumento de la demanda de los profesionales de reparación.

La obsolescencia programada, el principal problema

Respecto al porqué ocurren estos problemas en los electrodomésticos, lo primero de todo es tener en cuenta que una de las causas principales por la que los electrodomésticos se averían rápidamente tras la compra es por la obsolescencia programada. Esto es un problema ya que va vinculado a que los electrodomésticos comiencen a fallar de manera prematura y programada por los fabricantes. El objetivo es reducir la vida útil de estos aparatos en el que las empresas que venden los electrodomésticos son las grandes beneficiarias.

No obstante, lo cierto es que la toma de conciencia de este hecho y la crítica, cada vez más evidente, hacia la cultura del consumo masivo es cada vez mayor y esto ha hecho que tanto los expertos como los consumidores estén ya exigiendo que se legisle. Esto es relevante si además se tiene en cuenta que la obsolescencia programada lo que se traduce es en generar miles de toneladas de residuos al año, agravando los problemas medioambientales vinculados al calentamiento global.

Los servicios SAT seguirán creciendo en los próximos meses

Pero no sólo hay ya una demanda que se ha incrementado de manera notable sino que las previsiones son también muy positivas para los próximos meses y años. Se prevé que a lo largo del próximo año la demanda de este tipo de asistencia técnica se incrementan en otro 20%.

En el caso de los servicios técnicos autorizados queda claro que están jugando un papel fundamental para dar respuesta a este incremento de la demanda, además con plazos muchos más cortos. Por ejemplo, marcas como Fagor dan plazos para ir a ver electrodomésticos con problemas de cerca de una semana cuando un servicio técnico profesional independiente puede dar plazos muchos más cortos.

En definitiva, la pandemia ha generado una situación de incertidumbre que ha provocado que sean cada vez más las familias que prefieren tener una actitud conservadora con el dinero y buscar las soluciones más económicas. Esto, entre otros aspectos, se ha traducido en un aumento de las solicitudes de reparación de electrodomésticos y equipos de climatización, tanto en los servicios técnicos oficiales de las marcas como en los servicios técnicos autorizados.