El precio de la luz se mantiene en continuo ascenso desde la primavera del año 2021. Para esa fecha, el precio medio de la electricidad en España, en abril de 2021, era de 71,51 euros el megavatio-hora. En junio de 2022, el dato era de 149,9 euros el megavatio-hora.

Los españoles tienen que pagar actualmente más del doble de lo que pagaban hace año y medio. Y si miramos al escenario europeo, podemos incluso sentirnos privilegiados, pues actualmente tanto España como Portugal tienen las tarifas más bajas en todo el continente, gracias a la llamada excepción ibérica.

Este sistema se aplica desde el pasado verano, y es la respuesta a una petición de estos dos países a la Comisión Europea para topar el precio del gas, debido a la baja interconexión entre la Península Ibérica y el resto del continente en materia de gasoductos.

España y Portugal se están beneficiando actualmente, y hasta el próximo verano, de unas condiciones que les permiten pagar un precio por la electricidad, a nivel doméstico, que es hasta dos o tres veces más barato que el de otros países como Alemania, Países Bajos, Reino Unido, Italia, Francia, Grecia o Austria, entre otros.

La guerra de Rusia y Ucrania, la dependencia del gas ruso

Sin embargo, a pesar de que las subidas de las tarifas eléctricas se vienen produciendo desde la primavera de 2021, muchos líderes políticos intentan lanzar el mensaje de que la situación se ha agravado mucho más debido al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.

Y es cierto que la guerra y las sanciones impuestas por Europea a Rusia afectan al precio de la electricidad, porque Europa es un continente muy dependiente energéticamente del gas ruso, pero no hay que dejar de lado otros procesos que están llevando a muchos países a una situación de extrema gravedad.

Muchos combustibles fósiles han alcanzado su pico de extracción, lo que está llevando a las empresas del sector a dejar de invertir en nuevas explotaciones. La tasa de retorno energético de las actuales explotaciones es menor que hace unos años y hasta países tradicionalmente exportadores, como los del Golfo Pérsico si hablamos de petróleo, están anunciando que se acaba la capacidad ociosa de producción.

Todo esto acaba repercutiendo en el precio de la electricidad y en otros muchos insumos que están interconectados entre sí. Basta señalar los fertilizantes para la agricultura, que muchos de ellos se fabrican mediante el uso intensivo de gas natural. Si el precio de esta fuente de energía se eleva, también hacen lo propio lo fertilizantes, y con ello los alimentos. El resultado es una inflación por las nubes.

Un escenario incierto para muchas comercializadoras

El panorama cambiante, y a peor, que se pronostica para los próximos meses. Ojo, entendemos peor como encarecimiento, y en algún caso, hasta con cortes de suministros, está provocando una situación de mucha tensión entre las empresas eléctricas.

Algunas han desaparecido, como es el caso de Bulb y Ovo Energy, ambas británicas. En Reino Unido se da también la circunstancia de que el Brexit los ha desconectado aún más de la Unión Europea, y esto ha provocado un mayor encarecimiento en muchos suministros básicos.

Otras comercializadoras, en cambio, sí están creciendo, y también son británicas. Un caso es el de Octopus Energy, que en marzo de 2021 fue considerada por Financial Times como la 23ª empresa de más rápido crecimiento en Europa.

Actualmente es la cuarta eléctrica más grande en su país y destaca especialmente por su capacidad de expansión, con presencia y clientes en Francia, Alemania, Italia y España en el ámbito europeo. También presta servicios en EEUU, Japón, Australia y Nueva Zelanda. Las opiniones octopus energy son generalmente muy favorables, incidiendo especialmente en que se trata de una comercializadora que ofrece energía 100% verde en España.

Un segundo ejemplo es el de Plenitude, anteriormente conocida como Aldro Energía. La adquisición de esta empresa por parte de la italiana Eni es la que le ha llevado al cambio de nombre. La filial de renovables de Eni ha entrado recientemente en el capital de la española EnerOcean, que es un referente a nivel nacional en el desarrollo de energía eólica marina flotante.

España y Europa se enfrentan a un otoño muy caliente

El incremento del precio de la luz, que en España y Portugal, está más contenido, está sirviendo al resto de países europeos como advertencia de lo que llega en los próximos meses, a partir del otoño.

La factura de la luz acaba afectando en el ascenso de la inflación. Recientemente, el alcalde de Londres lanzó una advertencia, y es que muchos ciudadanos van a tener que elegir entre calefacción o comida, por este asunto.

En Europa ya se plantean hacer cambios en el mercado marginalista de la luz, ese que lleva a colocar el precio final de la electricidad en función de la última fuente de energía que entra en el pool.

Le espera a Europa un otoño y un invierno muy calientes, pero no precisamente por poner la calefacción muy alta, sino por las posibles revueltas ciudadanas y protestas sociales que se inicien debido al encarecimiento de los suministros.