A los jóvenes de la Generación Z, pese al posible desconocimiento de una sociedad más adulta a la que van a suceder, les preocupan los problemas del futuro: ¿comprar o alquilar una vivienda? Andreu Soler Rodríguez, estudiante de Primero de Bachillerato, nos explica como ven los jóvenes esta situación:
Se nos presenta el dilema de adquirir o rentar una vivienda, vehículos o cualquier otro bien y no depender de nuestros familiares. Vislumbramos un panorama complicado a nivel económico, los ingresos muchas veces son inferiores a los gastos. Por un lado, entendemos que comprar una vivienda supone estar pagando una hipoteca “toda la vida”. Esta operación nos ancla en un lugar que condiciona la posibilidad de cambiar de trabajo a otra ciudad o país. Por otro, alquilar una vivienda, a priori sería la opción más fácil, ¿estamos abocados al pago por uso? ¿es lo más
conveniente? ¿es la mejor solución?.
El alquiler o el renting “ata menos”, pero tiene un coste elevado o similar a la cuota de una hipoteca. Es contradictorio pero rentar es nuestra vía, prácticamente es la única opción financiera que nos facilitan. Es aquí donde las ayudas para los jóvenes tendrían que ser más reales y factibles por parte de las instituciones y gobiernos. Las que existen no son viables, pedir a un joven el 20% del importe de la vivienda para que te den la hipoteca, es tener previamente un ahorro imposible con los salarios precarios que tenemos. Los agentes sociales y los gobiernos deberían fomentar viviendas más asequibles para los jóvenes, con fórmulas que éstos puedan pagare como existen en otros países fuera de España.
Los planes de ayudas a la vivienda y alquileres para jóvenes deben suavizarse más. Posible solución: que los intereses, la amortización y las cantidades más elevadas se devuelvan en los
últimos años de la hipoteca, esto nos permitiría pagar cómodamente la cuota, además tendríamos alguna posibilidad de ahorrar para devolver el préstamos y dar el salto a unas mejores condiciones.
Por tanto, se podría decir que la opción de la compra es la primera que tiene en mente cualquier joven de mi generación, pero hoy en día sigue siendo un sueño poder tener algo tuyo. Cabe destacar que el decidir por comprar o alquilar está sujeto a los ingresos (por lo general bajos) y los gastos (por lo general altos), además de la incertidumbre del mercado laboral. Si uno de estos tres factores cambiase seguramente tendríamos otro panorama, con otras posibilidades.
En conclusión, el pago por uso, alquiler o renting, que sea lo más habitual entre los jóvenes no
significa que sea nuestra decisión preferida, solamente que es nuestra única posibilidad financiera. Con esta “regla de juego mercantil” intentaremos construir nuestro futuro, esperando en algún momento poder invertir, ahorrar, tener tu propia propiedad, etc... la frase “no tendrás nada y serás feliz” no es muy convincente para lo que queremos ser y tener.