El debate de qué hipoteca nos conviene más comenzó en el momento de la caída del Euribor en niveles negativos y ha revolucionado el mercado inmobiliario desde entonces.

Elegir una vivienda es una tarea difícil como ya sabemos, ya que es algo con lo que conviviremos gran parte de nuestra vida y con ello la deuda de la hipoteca. Por eso es muy importante estar bien informados sobre qué hipoteca nos va mejor.

Existen muchos tipos de financiación para comprar una casa, y se pueden dividir de varias maneras: hipotecas para primera vivienda, hipoteca puente, hipoteca inversa… Del mismo modo que en el mercado existen diferentes opciones en base al tipo de interés: hipotecas a tipo fijo, hipotecas mixtas e hipotecas variables.

Hipotecas fijas

Las hipotecas a tipo fijo se caracterizan por mantener de forma constante el tipo de interés que se aplica durante toda la vida del préstamo, por lo que no están referenciadas al Euribor.

¿Qué quiere decir esto? Que la cuota mensual a pagar cada mes se mantendrá constante durante todo el periodo que dure la hipoteca. Siempre pagarás lo mismo.

El Euribor es un índice cambiante ya que ha pasado de estar en niveles del 4% a situarse en valores negativos en pocos años. Lo que quiere decir que es muy difícil predecir su evolución en los próximos años.

Para evitar que una subida del Euribor pueda afectar a tu economía doméstica, la mejor solución es contratar una hipoteca a tipo fijo.

Este tipo de hipoteca además te permite elegir el tipo de interés que más te conviene ajustando el plazo.

Hipotecas a tipo mixto

Este tipo de hipotecas son un producto bancario que ha surgido en los últimos años. Se caracterizan por un plazo, generalmente de entre 3 y 15 años (según escoja el cliente), en el que la hipoteca goza de un tipo de interés fijo durante ese tiempo y uno variable durante el resto del plazo.

Una vez finalice el plazo acordado entre la entidad bancaria y el cliente, se fija el tipo de interés variable (Euribor o IRPH más el diferencial).

De esta manera pagarás durante unos años unas cuotas estables mientras que durante el período restante tendrás que abonar una mensualidad que puede encarecerse o abaratarse dependiendo de los balances del índice de referencia que corresponda.

La ventaja de esta hipoteca es que ofrece la tranquilidad de asegurar una cuota fija durante los primeros años del préstamo, ya que el esfuerzo económico del comprador para afrontar los pagos mensuales suele ser mayor.

Hipotecas variables

Hace unos años las hipotecas de tipo variable eran siempre las más contratadas. Sin embargo, esta tendencia parece estar cambiando. 2 de cada 5 hipotecas nuevas en el año 2018 fueron fijas, por lo que parece que vayan cambiando las tornas, aunque a día de todavía predominan las hipotecas variables.

Este tipo de hipoteca se diferencia de las demás porque el tipo de interés oscila durante el plazo que dura el préstamo hipotecario.

El interés de una hipoteca variable se compone de: índice de referencia, Euribor en la mayoría de los casos en España, o IRPH en otros países, sin olvidarnos del diferencial.

En el caso de la hipoteca variable si los tipos de interés bajan, el cliente puede beneficiarse de unas cuotas inferiores, mientras que, si suben, la cuota se verá incrementada.

Este tipo de hipoteca ofrece plazos más amplios, hasta 30 o 40 años.