Los trabajadores dicen adiós a sus mesas de oficina

¿Sigue teniendo sentido que cada empleado mantenga su puesto de trabajo cuando ya no acude a la oficina a diario?

En las nuevas oficinas ya estamos viendo menos espacios de trabajo al uso y muchas más áreas que fomenten las relaciones sociales, la innovación y el engagement con la organización. De hecho, según Ofita, empresa de mobiliario de oficina, ya antes de la pandemia, pasábamos el 60% de nuestra jornada laboral reunidos o colaborando con otros.

La no territorialidad, es decir, los puestos de trabajo no asignados a una persona concreta, es una de las grandes tendencias en el diseño de oficinas post pandemia, según Ofita.

Esto significa que pasamos de un modelo en el que cada empleado tiene asignado un espacio fijo de trabajo -el típico escritorio con la foto familiar y nuestros recuerdos-, a otro en el que un mismo puesto de trabajo es utilizado por diferentes personas en distintos momentos.

Una parte de los ahorros que se consiguen mediante la eliminación de los puestos de trabajo personalmente asignados se reinvierte cada vez más en un aumento de zonas de ocio y relajación y de espacios alternativos de trabajo y comunicación, cada uno pensado para un tipo de trabajo o dinámica de trabajo en concreto.

“Dejamos atrás la asignación de puestos para cada persona y también el concepto de un mismo espacio para todos. La clave de la efectividad radica en disponer de diferentes espacios para que los trabajadores puedan elegir dónde quieren trabajar según la actividad que estén realizando”, señala Camilo Agromayor, director general de Ofita.

“Al pensar en las nuevas oficinas, en Ofita visualizamos un concepto vecinal, de ciudad, con sus barrios, zonas de ocio, plazas, parques, biblioteca, avenidas y viviendas privadas. Y, sobre todo, un barrio que vive en torno a sus personas, diseñado pensando en su bienestar. Un barrio en el que buscamos socializar con otros, pero en el que siempre encontramos nuestro refugio más privado”, añade Agromayor.

Ahora bien, en este barrio ¿desaparecen todos los puestos de trabajo asignados? “Dependerá del tipo de trabajador”, afirma.

El estudio de Ofita “3x4=12 - la fórmula de los nuevos espacios de trabajo” diferencia 3 tipos de trabajadores en la oficina: sus habitantes (pasan la mayor parte del tiempo en su puesto de trabajo), los huéspedes (van a la oficina frecuentemente para tareas específicas que no pueden hacerse en remoto, y cuando acuden a ella, se mueven por los distintos espacios dependiendo de la tarea que tengan entre manos) y los nómadas digitales (en raras ocasiones usan la oficina, únicamente acuden al centro de trabajo para intercambiar información y asistir a reuniones).

“Los habitantes pueden tener mesas asignadas. Por el contrario, los trabajadores huéspedes, que únicamente están en la oficina 2-3 días por semana, pueden hacerlo desde áreas no territoriales para una mejor optimización del espacio”, señala Camilo Agromayor.

Ahora bien, matiza, sean o no asignados es importante que los puestos de trabajo sean cómodos, saludables y funcionales para que los profesionales realicen su actividad en las mejores condiciones físicas, productivas y emocionales.

En su diseño, según Ofita, primarán tres factores: la necesidad de privacidad del usuario y/o comunicación con sus compañeros, el acceso a la tecnología que necesita y la ergonomía del puesto de trabajo ya que el usuario pasa gran parte de su jornada en este puesto.

En este sentido, cobran cada día mayor relevancia las mesas de altura regulable

y las sillas de oficina que se adapten a la complexión y actividad del usuario. Ofita recomienda incorporar también zonas de reunión e informales junto a los puestos de trabajo, que faciliten su colaboración en momentos puntuales, evitando desplazamientos.