Los planes para privatizar Bankia son más inciertos que nunca. Aún más a raíz de una convocatoria de elecciones para el 28 de abril. Además, el precio de la acción no acompaña, es muy bajo para poder venderla. Se da por hecho que la entidad apenas va a devolver el dinero del rescate a los contribuyentes. El propio presidente del FROB, Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, Jaime Ponce reconoce que con Bankia no sabemos qué podemos recuperar.



Ni el FROB, ni el mercado, ni los expertos creen que las ayudas que recibió el banco se puedan a devolver. Hablamos de más de 21.000 millones de euros, es la cantidad que el Estado tendría que recuperar, vendiendo el 60% de Bankia lo que representa 1.900 millones de acciones.

Pero el plazo para sacar adelante la privatización, está en punto muerto. Para ello, sería necesario que la acción de Bankia suba desde los 2,49 euros hasta los 10,50 euros la acción según los expertos consultados por Capital Radio.  Es decir, el precio de la acción tiene que multiplicarse por cuatro, algo muy complicado de que suceda según los analistas.

Otras casas de análisis creen que a medio plazo es inviable que la entidad saque adelante la privatización, al menos por la vía de colocaciones de acciones en Bolsa. JP Morgan, Morgan Stanley o UBS ajustan el precio objetivo para Bankia por debajo de los tres euros la acción, un precio muy por debajo de los 4,06 euros que marcaba cuando el Estado realizó la segunda y última venta de acciones en diciembre de 2017.

El banco que preside José Ignacio Goirigolzarri, recibió del Estado una inyección de 22.400 millones a los que hay sumar otros 1.646 millones tras la fusión hace un año con BMN. De ese dinero, sumado al dividendo de 2019, los contribuyentes han recuperado poco más de 3.000 millones. Quedan otros 21.000 por recuperar.  Nicolás López de MG Valores, da por hecho que el Estado no va a recuperar esta cantidad.



La posición de Bankia, que el año pasado perdió un tercio de su valor bursátil, a día de hoy es delicada y complicada debido al entorno de tipos de interés bajos algo que perjudica a su modelo de negocio porque los márgenes de interés, la principal fuente de ingreso de los bancos, no consiguen levantar cabeza.

A ello se suma el castigo que ha sufrido el sector en Bolsa. Todo ello, complica cualquier plan privatización y la posterior recuperación de las ayudas. El Gobierno ha aplazado los planes de venta de acciones hasta en dos ocasiones. La ministra de economía Nadia Calviño reconoce que es difícil recuperar el conjunto del dinero que se inyectó en la entidad. Por eso dice, no hay prisa por vender.



Se trata de maximizar el importe a reembolsar, por eso los gestores del banco no trabajan a día de hoy con calendarios a pesar de que en el año 2021 vence el plazo para su privatización, como explica Nicolás Sarriés, autor del libro “Bankia confidencial”.



El Estado posee un 61% del capital del banco a través del FROB. Una cantidad que debería haber vendido y todavía no lo ha hecho. Esa cantidad, vale hoy un 40% menos respecto de la última venta de la última participación del Estado, lo que hace imposible determinar hoy cuál será la magnitud de recuperación final. Ponce reconoce la dificultad de anticipar qué cuantía de los 24.000 millones inyectadas en el banco se podrán recuperar.



Después de la presentación de resultados por parte de la entidad, el mercado cotiza que las expectativas de cumplimiento del plan estratégico son bajas si tenemos en cuenta los bajos tipos de interés y unas condiciones macroeconómicas flojas.

Otros expertos creen que Bankia podría reducir los objetivos actuales de rentabilidad estratégica con unos beneficios débiles. Otros apuntan a la incapacidad para cumplir con la remuneración prometida a los accionistas, lo que sería un factor muy negativo para el futuro de la entidad.