Aunque las elecciones de medio mandato en Estados Unidos han fortalecido la posición de los republicanos en el Senado, los demócratas han tomado el control de la Cámara de Representantes por primera vez en diez años. El cambio en la Cámara de Representantes significa que el Partido Republicano ya no controla ambas cámaras del Congreso de Estados Unidos, lo que incrementará sus dificultades para aprobar nueva legislación.

Esto podría retrasar su agenda política y detener alguno de los planes en marcha. En caso de una recesión, también puede restringir la capacidad de la Administración para amortiguar el impacto económico.

A partir de 2019 y más en 2020, los efectos positivos de los estímulos fiscales introducidos a finales de 2017 se desvanecerán a la vez que se endurecerá la política monetaria, lo que puede provocar una desaceleración económica, algo que un gobierno dividido tal vez no pueda abordar de manera efectiva.

Además, es probable que los debates sobre el presupuesto y el techo de la deuda se vuelvan todavía más volátiles. Sin embargo, el resultado del Senado podría permitirle impulsar candidatos más conservadores a los poderes judicial y ejecutivo.

Crédito y Caución no espera que esto tenga un impacto significativo en la actual incertidumbre en torno a la política comercial o en el desarrollo de la guerra comercial entre Estados Unidos y China.

En primer lugar, el presidente tiene un poder significativo en la política comercial y, en muchos casos, no necesita el apoyo del Congreso para actuar. Además, existe un consenso general en Washington para endurecer la posición con China respecto al comercio desleal y las prácticas de propiedad intelectual. Sin embargo, existe un riesgo negativo de que esto pueda significar una escalada de la guerra comercial con China. Con la pérdida de la mayoría en la Cámara, la Administración puede redoblar su agenda comercial para complacer a su base de votantes antes de las próximas elecciones presidenciales en 2020.