Es imposible olvidar el 2007 y los años sucesivos que para el pueblo español fueron especialmente complicados en lo que a la economía se refiere, afectando a millones de familias que pasaron por muchas dificultades para llegar a fin de mes, así como a multitud de negocios que se vieron obligados a cerrar. Sin embargo, al mismo tiempo en que muchas empresas ponían fin a su actividad otras veían aumentados sus ingresos.

Se trata de las tiendas eróticas que venden todo tipo de productos íntimos tanto para los hombres como para las féminas. Barcelona, Madrid, Valencia e infinidad de ciudades de todo el país pasaron a tener un mayor número de establecimientos físicos en los que es posible adquirir desde consoladores hasta anillos estimuladores, negocios que a día de hoy cuentan con más peso que nunca en la economía global.

 Internet, un entorno virtual idóneo para esta actividad

Ante el éxito de tiendas como esta Sexshop envios discretos en 24 h no es de extrañar que cada vez más emprendedores traten de cosechar un resultado similar. Otros sectores presentan serias dificultades en este sentido, ya que exigen disponer de un local físico desde la primera andadura, lo cual es prohibitivo. Por suerte, las tiendas eróticas se benefician enormemente de las posibilidades que ofrece la red de redes.

 De hecho, son muchas las que ven superadas sus previsiones iniciales de ingresos y, más tarde, acaban decantándose por ampliar su almacén, pasando a ser todo un establecimiento físico en el que atender a los clientes de la localidad en cuestión. El mismo también pasa a actuar a modo de centro logístico para realizar el envío de todos los paquetes.

Precisamente dicha acción es una de las que más ha incidido en la popularización de las sexshops online. Los consumidores al tratar con ciertos sectores como el sanitario y el de la alimentación prefieren realizar sus adquisiciones presencialmente. Por el contrario, a la hora de adquirir productos íntimos paulatinamente va incrementándose la cifra de usuarios que se decantan por hacerlo a través de Internet.

De esta manera se olvidan por completo del ‘qué dirán’, pudiendo hacer sus respectivas compras sin temor a ser juzgados por vecinos, amigos e incluso familiares que en el momento de acceder a una sexshop física casualmente pasen por la misma calle.

Cómodamente desde la distancia es posible adquirir multitud de artículos que son enviados con una discreción que agradecen enormemente los clientes sean cuales sean los productos por los que se decanten. Y es que de poco serviría evitar la vergüenza de ser vistos en una tienda erótica si, posteriormente, los repartidores les entregan los paquetes sabiendo exactamente de qué comercio provienen, provocando más de un sonrojo.

No es el caso de la mayoría de tiendas que empaquetan los productos enviados de la forma más discreta posible. Aunque este aspecto no es el único que da pie a un éxito de tal calibre para los citados negocios, especialmente aquellos que optan por realizar gran parte de su actividad e incluso la totalidad de ella en un entorno virtual al que cada vez tienen acceso más personas en todo el país.

El hecho de no tener la obligación de contar con un establecimiento físico con todas las inversiones que ello acarrea, desde el alquiler o la compra del local hasta la contratación de dependientes, da pie a que sea más factible ajustar los márgenes de beneficios de cada artículo comercializado, así como lanzar de vez en cuando ofertas que resulten atractivas para los clientes interesados en este sector cuyos tabúes con el paso del tiempo han ido dejándose atrás.

Sector anti-crisis, ¿cómo será su evolución en términos económicos?

No resulta complicado entender el éxito de los productos vendidos en esta clase de negocios teniendo en cuenta las elevadas dosis de placer que proporcionan a varones y mujeres sin que ello exija desembolsar una estratosférica cantidad de dinero. De hecho, muchos juguetes eróticos pueden comprarse por menos de veinte euros, teniendo al alcance de un par de clics o de una rápida visita al establecimiento más cercano una inmensa cantidad de modelos.

Este aspecto ha derivado en que durante el transcurso de una de las crisis económicas más graves sufridas en España el sector creciese aproximadamente un 20 por ciento cuando los demás solo registraban caídas de considerable envergadura. Tanto fue así que en la década que abarca el 2007-2017 se abrieron innumerables sexshops físicas y online, dando pie a una elevada competencia y, por ende, a unos precios cada vez más reducidos.

Todo parece indicar que conforme la sociedad vaya viendo este tipo de artículos eróticos a modo de productos de consumo habituales el éxito de dichos negocios seguirá incrementándose, causando un impacto muy positivo en la economía del país que en parte gracias a la incesante actividad del sector erótico fue capaz de progresar en plena crisis.