Sus acciones están bajando esta mañana más de un 8%, la mayor caída en bolsa desde mayo de 2009. La minorista británica ha presentado unas ganancias antes de impuestos  en las últimas 52 semanas que finalizan el 26 de marzo mejores de lo esperado, con una subida de un 3,5% hasta los 684 millones de libras.

Sin embargo, su consejero delegado, Steve Rowe, que apenas lleva siete semanas al frente de la compañía y que ha renovado a parte de la antigua cúpula, ha reconocido que los resultados son mixtos: Buen comportamiento de su negocio de alimentación y malo el de ropa y productos del hogar. “No estamos satisfechos” ha reconocido Rowe y quiere revertir esta tendencia ya que acumulan una caída de las ventas de ropa durante cuatro años y han tenido que hacer frente a una dura competencia como la que les llega de Primark.

Van a renovar el estilo de su ropa más a menudo, van a reducir los precios en las promociones y van a dotar de más personal en el Reino Unido para revitalizar el negocio. Un plan que ha presentado a través de un comunicado y que no ha convencido a los analistas. Creen que no recoge ninguna sorpresa y que son escasos los detalles que ha anunciado.

En cuanto a la política de dividendos, incrementará la retribución al accionista en un 3,9% hasta 18,7 peniques este año, por debajo de lo esperado.