Seattle se ha convertido en la primera ciudad de Estados Unidos en permitir que choferes de compañías como Uber y Lyft puedan formar sindicatos y hablar sobre salarios y condiciones de trabajo.

En un voto por unanimidad, el Ayuntamiento de la ciudad ha aprobado la medida, que permite que los conductores que ofrecen sus servicios a estas empresas puedan organizarse en sindicatos y por tanto llevar a cabo negociaciones colectivas.

En Estados Unidos, todos los empleados tienen, por ley, el derecho a pertenecer a un sindicato, pero la relación profesional de estos conductores con Uber y Lyft es la de proveedores de servicios y no la de empleados, por lo que quedan al margen de la legislación federal.

El movimiento de Seattle, pionero en EE.UU., podría ser un quebradero de cabeza para Uber, que mantiene tensas relaciones con administraciones locales en todo el país y cuyos conductores, cada vez más exigentes con la empresa, pasarán a poder negociar cuestiones como los honorarios y las condiciones laborales.

Compañías basadas en la llamada economía colaborativa como Uber y Lyft logran gran parte de su éxito empresarial gracias al hecho de no tener que lidiar con los costes de tener empleados, por lo que ambas se habían opuesto ferozmente a la medida.

(FOTO: Mighty Travels vía www.flickr.com)