El 'sandbox' para las fintech es casi una realidad, el marco regulatorio que necesita la innovación financiera española para llevar a cabo sus proyectos. Este anteproyecto de ley que fue aprobado en febrero, situará a España como el centro europeo de la innovación en fintech. Así lo aseguran los expertos como Rodrigo García de la Cruz presidente de Aefi y Jaime Bofil, socio del despacho Hogan Lovells en una nueva entrega de First Movers de la mano de Inés Muñoz Vidal, Business Specialist en Temenos.

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El 'Sandbox' situará a España como el centro de la innovación en fintech

La palabra 'sandbox' o caja de arena en español parte de ese lugar donde los niños pueden jugar de forma controlada. Este concepto trasladado al mundo financiero se basa en la idea de que las empresas financieras tecnológicas puedan probar sus productos en un entorno controlado antes de lanzarlos al mercado.

"Ser admitido en un Sandbox es una garantía de éxito, el nivel de financiación que se obtiene aumenta muchísimo. Lo que se recibe es publicidad, entrada en el mercado y una proyección increíble del proyecto", señala Bofil.

Muchas veces las empresas dejan de apostar por la innovación financiera porque hay muchas restricciones legales para llevarlas a cabo. "El beneficio de contar con un Sandbox, es que permite a los reguladores generar normativas que se adapten a las ideas de las empresas, que de otra forma no podrían existir", explica el presidente de la Asociación de Fintech e Insurtech.

El 'Sandbox', clave para atraer capital a España

El Sandbox de Reino Unido es uno de los más destacados del mundo. Esto ha hecho que el 55% del capital que se dirige al sector fintech en Europa se ha invertido en ese territorio. España apunta a seguir el ejemplo de Gran Bretaña y es aún más ambicioso: su marco regulatorio permite que cualquier empresa domiciliada en la UE pueda ser admitida dentro del Sandbox.

"El fin último del sandbox no es atraer capital pero sí lo va a hacer. Va a generar vehículos de inversión porque van a tener todo el check regulatorio", explica García de la Cruz.

Una vez que una empresa es admitida para participar de este proyecto, trabaja durante seis meses para explotar al máximo su capacidad para llegar al usuario con un alto nivel de calidad.

Aefi y el despacho Hogan Lovells llevan trabajando en este proyecto desde el año 2017 y finalmente en febrero de 2020 ha sido aprobado por el Gobierno. Ahora falta que sea llevado al Congreso de los Diputados para convertirse en ley pero la crisis del coronavirus ha retrasado toda la actividad parlamentaria.

"Se permite innovar de verdad, no está puesto en funcionamiento, pero está todo el mundo a la expectativa y los más innovadores quieren entrar en este sandbox", concluye