El CES advierte de que España crece pero sin corregir el deterioro social y propone medidas para combatirlo. Apuesta por un cambio en el modelo productivo español: más inversión en educación, en capital humano y una renovación de las instituciones. Desde el CES aseguran que 2014 fue el año de la vuelta al crecimiento, que en 2015 se está creando empleo de calidad y en 2016 todavía será mejor. El temor de su presidente, Marcos Peña, es que se frene la cifra del número de ocupados en 18 millones.
Como ejemplo de estos problemas, apunta que entre los 2 millones de parados mayores de 45 años, el 75% no tiene más que la formación básica, algo que crea “dificultades casi insuperables” para su reinserción en el mercado laboral. Un mercado laboral, que según el presidente del CES, no necesita más reformas. Ha dicho que España "no está en la indigencia" y que es una nave que va "por un mar grueso, pero no zozobra", y ha añadido que esto se debe al aguante de los sistemas de protección, que han estado sometidos a "presiones estructurales graves".
En su opinión, la convivencia y la cohesión sólo se consiguen blindando la educación, la sanidad y las pensiones, y ha dicho que lo importante de la recuperación es que se mantenga y que se reparta para aliviar la situación de las personas con más problemas. Así, ha subrayado el valor del sistema público de sanidad y ha dicho que sería necesario hacer un "test de estrés" que permitiera saber cómo está, cuánto aguantará en estas condiciones y qué necesita del cara al futuro.
El CES, en contra de más reformas
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