La eurozona necesita un paquete de medidas de estímulo monetario y relajar la disciplina fiscal, para evitar la amenaza de estancamiento económico continuado. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico señala que el crecimiento mundial será modesto y el desempleo seguirá por encima de los niveles previos a la crisis. Sumado a los riesgos de la volatilidad financiera y la débil confianza. En este sentido, propone que el BCE destine el 7% del PIB para la compra de bonos públicos, es decir, unos 700.000 millones de euros, entre otras medidas.

El organismo de investigación insta a los responsables políticos europeos a actuar con decisión. Su economista jefe, Catherine Mann, asegura que el crecimiento de Europa es menor de lo previsto. Se espera un crecimiento económico de la zona euro del 1,1% en 2015 desde el 0,8 de este año. La inflación también seguirá débil, la sitúa en el 0,6% en 2015. Advierte de que hay riesgo de deflación.

La OCDE mejora la previsión de España, hasta el 1,3% este año y 4 décimas más para el que viene. Espera que se reactive el empleo y la demanda, aunque advierte del riesgo a la baja por un crecimiento débil de sus socios europeos. En cuanto a posibles reformas, el organismo considera que España podría acometer cambios adicionales al régimen fiscal, para reducir el coste de contratar a los trabajadores con menor cualificación.