El reciente alto el fuego entre Israel y Hamás, enmarcado en la primera fase del llamado "Plan Trump", ha abierto un período de expectativas pero también de profunda incertidumbre sobre el futuro de Gaza. Mientras se avanza en la liberación de rehenes israelíes y prisioneros palestinos, aumenta la preocupación por las fases posteriores del acuerdo, especialmente en lo referente a la gobernanza, seguridad y reconstrucción de la Franja.
Ignacio Álvarez-Ossorio, catedrático de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Complutense de Madrid, advierte sobre las limitaciones del acuerdo.
El catedrático Ignacio Álvarez-Ossorio analiza las incertidumbres del acuerdo de paz para Gaza tras el alto el fuego entre Israel y Hamás.
"El plan Trump no es un plan de paz exactamente. Es una declaración de intenciones sin plazos concretos, sin competencias de los nuevos mecanismos que van a garantizar la seguridad y la gobernanza de la Franja de Gaza"
Según el experto, la liberación de los rehenes ha dejado a Hamás sin su principal baza negociadora, lo que genera dudas sobre si Israel, "la parte fuerte de la ecuación", implementará los compromisos adquiridos en las siguientes fases del plan.
Uno de los aspectos más controvertidos del acuerdo es la exclusión de las autoridades palestinas del proceso. "El actor palestino una vez más ha sido ignorado por completo", señala Álvarez-Ossorio, quien critica que no se haya invitado a la Autoridad Palestina a sentarse en la mesa de negociaciones.
"Se consideran los palestinos una vez más menores de edad que tan siquiera tienen que tener voz en la determinación de su futuro", afirma el catedrático. Esta situación, según explica, nos retrotrae prácticamente "a la época de entreguerras, cuando se firmó la declaración Balfour y los británicos se hicieron con el control absoluto de Palestina".
