La compañía lo achaca a tres efectos extraordinarios, como la devaluación del bolívar en Venezuela, la provisión de gastos de reestructuración y el ajuste de la valoración del holding, máximo accionista de Telecom Italia,Telco, según ha informado la empresa a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). También le ha afectado la entrada de E-Plus en Alemania. Descontando estos efectos, el beneficio neto consolidado alcanza los 4.462 millones de euros. Supone un 18,6% menos.

En el cuarto trimestre del año, la empresa de César Alierta sufrió un impacto en Venezuela de 50 bolívares por dólar, frente a los 6,30 aplicados a cierre de 2013. Esto ha supuesto 399 millones de euros. Mientras, la provisión de gastos de reestructuración y los ajustes de valoración en Telco han repercutido negativamente a las cuentas en 405 millones y 257 respectivamente.

Los ingresos se situaron en 50.377 millones de euros y el resultado bruto de explotación (oibda) en 15.515 millones de euros, lo que supone descensos del 11,7 y del 18,7 %, respectivamente.

La multinacional de telecomunicaciones ha anunciado ya sus objetivos financieros para el ejercicio 2015-2016. Reitera un compromiso de remuneración al accionista en los próximos dos años de 0,75 euros por título.

Telefónica prevé un crecimiento positivo de los ingresos del 7% en 2015 y del 5% en 2016. Además, estima alcanzar un ratio de endeudamiento inferior a 2,35 veces en estos dos años.

La deuda neta de la compañía a cierre del año alcanzó 45.085 millones de euros, debido al efecto de Venezuela, con un impacto de 2.341 millones de euros. La deuda se situaría así en 31.705 millones y el ratio de endeudamiento en 2,15 veces, tras el cierre de la venta prevista de O2 en Reino Unido y el ajuste cambiario en el país latinoamericano.

Telefónica también ha anunciado que limita a 3.000 millones de euros la ampliación de capital prevista para comprar GVT, frente a los 3.400 millones previstos como máximo anteriormente. La multinacional española acordó la compra de GVT al operador francés Vivendi por 7.450 millones de euros.