El gas radón, un elemento radiactivo invisible e inodoro, se ha convertido en un importante problema de salud pública y seguridad laboral en España. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo identifica como la segunda causa de cáncer de pulmón después del tabaco y la primera en personas no fumadoras.

En el Día de la Salud y Seguridad en el Trabajo, José Comino, director de Producto de Prevención Industrial en SGS, explica que el principal peligro de este gas radica en su imposibilidad de ser detectado por los sentidos humanos: "No somos capaces de olerlo, tocarlo, escucharlo o percibirlo, y eso es un hándicap desde el punto de vista de cuando lo queremos controlar".

El daño que provoca el radón en nuestro organismo es especialmente grave. "El problema son sus descendientes de vida corta, que son los verdaderos villanos", señala Comino. Estos elementos, al desintegrarse, emiten partículas radiactivas de alta energía capaces de atravesar membranas celulares y alterar el material genético, provocando cáncer principalmente a nivel pulmonar.

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El Valor de Estar Seguro: El Gas Radón, con José Comino, director de Producto de Prevención Industrial en SGS

Una amenaza comparable a los accidentes de tráfico

Según datos del Ministerio de Sanidad, la tasa de mortalidad por cáncer de pulmón debido al radón en España está en una media del 3,8%. Esto representa aproximadamente 1.200 muertes anuales, una cifra similar a las víctimas de accidentes de tráfico (1.150 en 2023). Sin embargo, existe una gran diferencia en la concienciación social: "Todos estamos muy sensibilizados con los accidentes de tráfico, pero no hay ni de lejos el mismo nivel de concienciación con el problema real que es el gas radón".

Normativa y medición correcta

Desde 2022, el Real Decreto 1029 establece obligaciones para las empresas ubicadas en zonas con alto potencial de radón, especialmente en plantas bajas o subterráneas, donde deben realizar mediciones para comprobar si superan el nivel de referencia de 300 bequerelios.

La forma correcta de medir este gas es mediante detectores de difusión de trazas durante periodos de dos a tres meses, analizados por laboratorios acreditados. "Si hago una medición puntual con un equipo de lectura directa puedo obtener resultados que no sean para nada significativos", advierte Comino, alertando sobre los dispositivos sin garantías que se venden por internet.

Las zonas más afectadas de España incluyen Galicia, Extremadura, provincias occidentales de Castilla y León, Canarias, Sierra de Gredos, Maresme en Cataluña, Pirineos y la Sierra de Madrid, caracterizadas por suelos graníticos con alto contenido en uranio. Para protegerse, Comino recomienda: "Tratar de evitar estar el máximo posible en las partes más bajas, porque el radón es nueve veces más pesado que el aire, y ventilar frecuentemente para diluir su concentración".