soy-1831704_960_720 Los aranceles a la importación anunciados por Donald Trump amenazan desde hace semanas con desencadenar una guerra comercial que podría afectar a todo el mundo, pero también a Estados Unidos, en concreto a su mercado agrícola. China estudia establecer aranceles por hasta 3.000 millones de dólares como respuesta a las tasas impuestas por Estados Unidos de 50.000 millones sobre productos chinos.

En caso de una verdadera guerra comercial China podría ser precisamente la mayor amenaza para Donald Trump. El gigante asiático tiene un arma: la soja. Es el principal importador mundial y compra un 67% de la soja mundial, según la Organización Mundial del Comercio (OMC). Además, China es una de las principales compradoras de productos agrícolas estadounidenses y la soja es fundamental para su economía, sobre todo para cubrir su propia demanda de piensos para producción masiva de carne de cerdo.

Estados Unidos es el primer productor y exportador mundial al vender el 45% de la soja, que es su principal producto agrícola vendido al exterior y supuso más de 22.900 millones de dólares en 2016, según la OMC. Vende a China la mayor parte de la soja que exporta, así que un conflicto en este sector con el gigante asiático traería problemas a suelo doméstico, sobre todo en los precios, ya de por sí resentidos. El Estado de Illinois sería el más afectado al ser el principal productor de este alimento de Estados Unidos.

China importará 100 millones de toneladas de soja entre para 2019


Según el Departamento de Agricultura de EEUU, China importará 100 millones de toneladas de soja entre 2018 y 2019, pero su ventaja es que no depende solo del país norteamericano para satisfacer su demanda. Brasil es el segundo exportador mundial, y también hay mercados importantes de soja en Argentina, Canadá y Paraguay.

Precisamente otro de los problemas actuales de los productores estadounidenses de soja es que están perdiendo cuota de mercado en el importante mercado chino. La carrera por cultivar con mayor rendimiento ha afectado al principal nutriente de este producto: la proteína. El descenso en los niveles de proteína hace que la soja estadounidense sea menos valiosa, dentro de una industria que supone 41.000 millones de dólares en el país. Esta circunstancia lleva a los compradores de soja a mirar a Brasil, donde un clima más cálido ayuda a compensar el impacto de un mayor rendimiento de los cultivos en los niveles de proteína.

Hace una década, EEUU suministraba el 38% de la soja a China comparado con el 34% de Brasil. Ahora Brasil suministra el 57% de las importaciones chinas frente al 31% de EEUU, según la Administración General de Aduanas de China. Así que el país que preside Xi Jinping tiene alternativas para comprar soja. La pregunta es si Estados Unidos podrá encontrar otros compradores que cubran su oferta.