Catar se plantea recaudar 9.000 millones de dólares en el mercado internacional de bonos con el objetivo de obtener ingresos en medio del boicot económico de algunos de sus vecinos del Golfo. Según fuentes de Reuters, el Gobierno mantiene conversaciones con los bancos para decidir cuál es el mejor momento de mercado para realizar este movimiento que se dirigirá principalmente a inversores de Asia, Estados Unidos y Europa.

La deuda del país tiene el cuarto grado de inversión más alto que otorga el ranking de S&P y se espera que el interés en esta emisión sea moderado y que haya demanda fuera de esas regiones prioritarias si se ofrece una prima atractiva. Hace un año el emirato ya emitió un bono de 9.000 millones de dólares con vencimientos a cinco, diez y treinta años.

El movimiento de Catar se produce también en medio de un proceso de diversificación económica que han emprendido todos los países de la región, históricamente dependientes del gas y el petróleo. Varios de ellos están utilizando los mercados internacionales de deuda para impulsar sus presupuestos públicos desde que los precios del crudo comenzaran a caer hace ya más de tres años. Emiratos Árabes Unidos recaudó 10.000 millones de dólares la semana pasada y Arabia Saudí también ha colocado recientemente 12.500 millones de dólares en bonos. Como explica Emilio Escartín, profesor del Master in Islamic Finance de IE Business School en ‘Entre líneas’: “La política de todos los fondos soberanos de la zona es diversificar fuera del país”.