Esta nueva regulación, que innova al asignar la responsabilidad directa de cumplimiento a las empresas digitales, exige a plataformas clave como Facebook, Instagram, TikTok, YouTube, Snapchat o X, que implementen "medidas razonables" para detectar y suspender las cuentas que no cumplan con el límite de edad.
Australia se convierte en el primer país en vetar el uso de redes sociales a jóvenes menores de 16 años. Hoy ponemos el foco en los motivos detrás de esta iniciativa y sus efectos.
El Gobierno australiano ha advertido que esta lista de plataformas podrá ser actualizada a medida que evolucionen las tecnologías y los jóvenes exploren nuevas opciones.
El incumplimiento de esta normativa conlleva sanciones económicas para las compañías de tecnología, que podrían ascender hasta los 49,5 millones de dólares australianos (unos 30 millones de euros).
No hay estimaciones oficiales de cuál puede ser el coste para las empresas dueñas de estas redes sociales tras esta prohibición. Pero van a perder el acceso a una base de usuarios jóvenes clave, lo que impacta sus ingresos por publicidad, compromiso y crecimiento futuro.
Además, se ven forzadas a implementar costosas medidas de verificación de edad y enfrentan posibles desafíos legales y de reputación.
La repercusión de esta normativa es objeto de un seguimiento minucioso por parte de otros países que ya estudian implementar restricciones similares basadas en la edad. Esta atención se intensifica en un contexto de alarma global sobre el impacto de las redes sociales en el bienestar y la seguridad de la infancia.
Sobre cuántos niños y adolescentes usan las redes sociales no hay una cifra exacta global, pero estudios recientes (2024-2025) indican que casi el 80% de los niños tienen cuentas en redes sociales, y hasta el 95% de los jóvenes entre 13 y 17 usan plataformas, con un tercio conectándose casi constantemente.
En nuestro país, la presencia del teléfono móvil en la infancia es un fenómeno consolidado.
A los 10 años, el 41% de los niños y niñas dispone de móvil propio, porcentaje que asciende al 76% a los 12 años de edad. En la ESO, prácticamente todos –el 92,8%– tiene su propio teléfono, siendo la edad media de acceso al móvil los 10,8 años.
Datos alarmantes
- Red.es (2024): 1 de cada 10 niños sufre ciberacoso; 1 de cada 3 adolescentes sufre violencia digital en pareja.
- Microsoft (2025): 37% de adolescentes tuvo experiencias negativas online, 19% trato ofensivo, 20% burlas.
- Fundación ANAR (2024): 9.4% del alumnado sufre acoso o ciberbullying, siendo WhatsApp la principal vía.
Y ahora se suma la presión de la inteligencia artificial, que entraña nuevos riesgos para niños y jóvenes, por lo que los expertos alertan de que hace falta más legislación específica.
OpenAI ha presentado en California una propuesta legislativa, la 'AI Companion Chatbot Safety Act', enfocada en la seguridad de los chatbots de IA para niños.
Supone la primera incursión de la tecnológica en la política estatal, y coincide con una demanda que enfrenta por el suicidio de un menor que sufría depresión tras interactuar con ChatGPT.
