Muchas han sido las medidas puestas en marcha para debilitar y castigar a el país gobernado por Putin, entre estas podemos destacar la inmovilizacion de bienes y la restricción de la libre circulación en el territorio de la UE.

En este contexto viajamos a Londres, una ciudad que se había convertido hasta el 24 de febrero, día de la invasión, en un parque temático para los oligarcas rusos y para algunos aliados de Putin.

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Del Támesis al Bósforo: prefacio del exilio ruso

Tras el estallido de la guerra en Ucrania, el viejo continente ha juzgado y sentenciado las acciones por parte de Rusia, castigando a las grandes fortunas

Todo iba muy bien para estos expatriados, que vivían una vida de lujo en la capital inglesa, barrios como Mayfair, kensington o Chelsea se habían convertido en el coto de caza de estas grandes fortunas, elevando el coste medio de la vivienda en la capital. Londres era para estas grandes fortunas el lugar idóneo para blanquear su dinero, que en ocasiones era de procedencia ilícita, viviendas de alto standing, coches de lujo y en ocasiones donaciones a instituciones culturales.

Problemas en el paraíso

En mayo de 2022, el gobierno de Boris jhonson empezó a imponer sanciones con el fin de hacer un lavado de cara de la sociedad londinense, y no fue para menos pues cientos de personas y negocios se vieron afectados, según CNBC se congelaron cuentas por valor de 500.000 millones de libras y se requiso a los oligarcas y sus familias 150.000 millones de libras.

La ley de crimen económico impuesta en Reino Unido suponía un gran agravio los oligarcas, que en muchos casos decidieron mover sus fortunas a paraísos fiscales, muchos de ellos colonias del reino unido..., pero este es otro tema.

Pues bien, con Reino Unido y Europa analizando con lupa las cuentas y confiscando los yates de todos estos magnates, el viejo continente se había convertido en un lugar poco codiciado para invertir.

¿A dónde se están yendo a vivir todos estos rusos?

Por lo tanto los protagonistas de este ostracismo fiscal miraron a oriente, en concreto al Bósforo, y es que Estambul ya fue en su día un refugio para la sociedad Rusa. Hace un siglo para ser exactos, momento en el que unos 200.000 rusos huyeron del bolchevismo y encontraron en la capital turca su palacio de invierno.

Por ahora ya se ven por las calles de Estambul a personalidades como Román Abramovich, quien parece estar buscando mansión en la ciudad, y teniendo en cuenta que cuatro de sus yates están en Turquía parece evidente que quiera asentarse.

El gobierno Turco parece haber visto una oportunidad en este exilio, sin embargo, no son todo fortunas las que viajan al país, y es que cada vez están llegando más exiliados a raíz de la Leva. Además, con el cambio de normativa del gobierno de Erdoğan, han surgido ciertas prisas por la imposición de una subida para obtener la nacionalidad por adquisición inmobiliaria, de 250.000 a 400.000 euros.

De momento este parece ser el nuevo hogar de los rusos, que a pesar de no ser Stalingrado, por ahora y hasta que las aguas se calmen tendrá que ser Estambul.