Madrid se sitúa entre las capitales europeas donde más han subido los precios de la cesta de la compra en la última década, con un incremento acumulado del 66%. Este dato, revelado por un informe de tendencias de precios elaborado por la consultora Mercer, posiciona a la capital española en el segundo lugar entre las ciudades analizadas, solo superada por Varsovia.
Según explica Belén Martínez, directora de información de mercado de Mercer España, "el aumento del 66% acumulado en la última década corresponde al encarecimiento de alimentos básicos. El análisis se centra en productos esenciales de la cesta de la compra, como pueden ser el pan, la leche, el aceite, carnes, frutas, etcétera".
Un informe de Mercer revela que los productos esenciales en la capital española se han encarecido un 66% en la última década.
Comparativa con otras capitales europeas
Varsovia lidera el ranking con un repunte de precios del 106%, mientras que otras grandes capitales europeas presentan cifras menos alarmantes. París ha experimentado un incremento aproximado del 47%, Londres cerca del 48%, Berlín en torno al 41% y Roma se acerca al 38%. Estos datos colocan a Madrid en un rango significativamente alto respecto a sus homólogas europeas.
El estudio, que analizó 21 ciudades donde suelen producirse más desplazamientos y asignaciones internacionales, también incluyó metrópolis de otros continentes. Beijing muestra un encarecimiento del 89%, Johannesburgo cerca del 48% y São Paulo aproximadamente un 41%.
Los productos que más han subido en Madrid
Entre los productos que más han incrementado su precio en la capital española destacan las bebidas azucaradas, con un aumento superior al 300%. Martínez atribuye este incremento principalmente al aumento del impuesto sobre bebidas con alto contenido en azúcar en 2021, que pasó del 10% al 21%, con el objetivo de desincentivar su consumo.
El arroz también ha experimentado un notable incremento, superior al 123% en la última década, debido principalmente al aumento de costes en el sector agrícola, como fertilizantes, agua y energía. El aceite, por su parte, ha visto un encarecimiento del 76% en los últimos diez años, aunque en el último año su precio se ha reducido en más de un 40%.
Pocos productos han experimentado reducciones de precio. Además del aceite, que ha bajado más de un 47% recientemente, otros alimentos como la sal, algunas verduras, la mantequilla o el pan han registrado descensos leves, que no superan el 5%.
Factores determinantes en el incremento de precios
La directiva de Mercer España señaló diversos factores que explican esta tendencia alcista: "Hay una serie de factores que influyen sobremanera en el incremento de los precios. Por ejemplo, los costes de producción, como la energía, los fertilizantes, el transporte, que impactan directamente en el precio final de los alimentos".
También destacó problemas en la cadena de suministro, factores climáticos adversos que afectan a la producción agrícola, mayor demanda internacional de alimentos y la inflación general como elementos clave en este encarecimiento.
El estudio no analiza la evolución salarial en este mismo periodo, pero Martínez enfatizó "la necesidad de promover medidas que equiparen todo lo posible los salarios a los precios, ya que esto garantiza la sostenibilidad económica y, por supuesto, el bienestar social en España".
Perspectivas y tendencias
El análisis de Mercer abarca desde 2015 hasta 2025, identificando un punto de inflexión a partir de 2022, con la recuperación económica postpandemia, cuando diversos factores del entorno financiero global y aspectos sociopolíticos comenzaron a afectar directamente al incremento del coste de la vida.
Es significativo que, de las 21 ciudades analizadas, ninguna ha experimentado un descenso general en los precios durante la última década. Sin embargo, en el último año, metrópolis como Los Ángeles, Hong Kong, Nairobi o Seúl han registrado ligeras reducciones en sus precios generales.
Este estudio de Mercer pone de manifiesto la creciente preocupación por el encarecimiento de productos básicos y esenciales, especialmente en Madrid, donde el impacto en el poder adquisitivo de las familias podría requerir medidas específicas para garantizar el acceso a una alimentación adecuada para todos los sectores de la población.
