Quiero empezar hablando de emprendedores y empresarios y de las diferencias que existen y que distinguen a unos y a otros y es que de tanto utilizar los términos de manera recurrente, se acaban mezclando y generando bastante confusión a la vista de lo que sigo viendo cada día.

Negocios de carne y hueso

Y es que hace apenas unos días, en una reunión que mantenía con reputados empresarios de diferentes sectores de la economía madrileña, volvió a surgir la confusión y la correspondiente discusión entre todos los que estábamos en la sala… se tenía que decidir si unos de ellos debía presentarse desde su perfil de emprendedor o la de empresario y surgió la duda entre los distintos asistentes comenzando una acalorada conversación de las diferencias entre uno y otro, que hoy da pie a este Editorial.

Y la verdad es que cuando utilizas ciertos términos como parte de tu lenguaje diario y en tu cabeza están claros y perfectamente definidos los conceptos, pues acabas creyendo que están igual de claros para el resto…y nada más lejos de la realidad!

Solo hay que echar un vistazo a Mr.Google, algo que hice justo ayer, para darme cuenta de mi gran error y del gran desconocimiento que hay entre ambas figuras.

Sinceramente y, con todo el respeto, creo que la mayor parte de los expertos que opinan al respecto nunca han sido ni emprendedores ni empresarios, por eso se atreven a decir y escribir cosas tales como que un emprendedor no busca recompensas económicas, o que el emprendedor se rodea de gente trabajadora y sumisa y no tiene tiempo para discutir pero que el empresario se rodea de gente capaz y que debate a fondo cada decisión o que el emprendedor premia el esfuerzo y el empresario premia los resultados y podría seguir porque a cada frase me quedaba más estupefacta.

Así es que hoy vamos a tratar de poner un poquito de luz sobre el tema, hablando por supuesto, desde mi humilde opinión y, eso sí, desde mi propia experiencia, porque como siempre hacemos en este programa, hablamos desde lo vivido y no desde lo que nos cuentan.

La RAE a priori, presenta una buena, pero demasiado simple definición, de cada uno, cuando dice que Empresario es la persona que posee o dirige una industria, negocio o empresa y que Emprendedor es la persona que emprende con resolución acciones dificultosas o azarosas.

Vamos, que podrían estar hablando igual de emprender un negocio que de buscar pareja, porque resolver acciones dificultosas o azarosas, sirve igual para una cosa que para otra, en fin.

Y es que, lo que más detecto, es que se confunden los términos de emprendedor con el de autoempleado o con el de autónomo, incluso con el de startup y todos y cada uno de ellos son diferentes y nada tienen que ver por supuesto, y se confunde también habitualmente la figura del pequeño empresario con la del gran empresario industrial, incluso en muchos casos, se considera que emprendedor es la fase inicial antes de ser empresario, y también se ha utilizado en los últimos años tratando de sustituir un término por otro para así evitar la mala fama que arrastra históricamente la palabra “empresario” en este país.

El emprendedor

Por partes. Para mí, el emprendedor es aquel que detecta una oportunidad, por remota e imposible que parezca, y se atreve a dar todos los pasos, a poner en marcha todos los mecanismos a su alcance hasta hacerla realidad. El emprendedor cree y crea.

Cree que es posible y crea la forma de llevarlo a cabo. La fuerza que le impulsa, su fuerza creadora, es más fuerte que todas las dudas, trabas e inconvenientes que va a ir descubriendo en el camino. Las irá superando con más o menos acierto. Y cuando haya conseguido su objetivo, y ese sueño sea una realidad, una nueva energía y fuerza creadora tirará de él y necesitará volver a crear algo nuevo y lo volverá a poner en marcha y después volverá a sentirlo y lo volverá a hacer, (OJO!, si le dejan y no se siente atrapado o confundido en su propia empresa)

Ser emprendedor es una forma de estar en el mundo. No se aprende. Se aprenden las herramientas para canalizar esa energía y convertirla en una empresa sólida y estable, se aprende a gestionar, se aprende a ser empresario.

Ese emprendedor creador, puede decidir que sus siguientes creaciones formen parte de esa primera creación, haciéndola más grande y empezando a construir empresa o bien podrá iniciarse en una nueva aventura emprendedora… si se queda y aprende en su propia empresa y la hace crecer, se acabará convirtiendo también en empresario.

El emprendedor también debe ser consciente de que en el momento en el que entra dinero externo en su compañía, ya debe empezar a pensar con criterios de empresa, de empresario. Suele ser el momento más decisivo y también el más confuso. De ahí que haya tantas empresas fallidas.

Tampoco confundamos empresarios por tamaños ni por sectores. Que no se atreva nadie a decirte que no eres empresario porque seas profesional, o autónomo o tengas un pequeño comercio. Se puede ser empresario, teniendo tan solo 2, 3, 5, 10 empleados. Tan solo hay que definir una estructura empresarial y generar mecanismos para que esa empresa pueda trabajar sin tu presencia permanente y constante y hacer que trabaje para ti y no tu para ella…

Por eso se puede ser solo emprendedor o ser solo empresario o ser un emprendedor empresario o un empresario emprendedor. Uff, parece un lío, pero no…En mi caso, lo viví cuando creé mi primera empresa hace más de 20 años, y también lo confundí durante muchos años… y eso me creó una gran infelicidad, porque no entendía por qué algo que me había ilusionado tanto ver nacer, que tanto esfuerzo supuso y que llegó a ser tan grande e importante a nivel económico, se acabó convirtiendo en mi peor enemigo y en mi propia cárcel… hasta que lo entendí y lo solté… y todo cobró sentido.

Yo soy principalmente emprendedora. No lo puedo evitar, me habla todo el cuerpo, me brillan los ojos y es algo muy fuerte dentro de mí. Ver nacer proyectos, darles vida, hacerlos crecer, lo amo… ser empresaria, reconozco que me vino después, que me costó mucho aprender, y que no conseguí aprender ni con 3 carreras ni con 4 master, ni en ninguna Universidad, ni Escuela de Negocios y por eso creé Campus, que hoy es una empresa…pero reconozco, con humildad, que ser empresaria me aburre mucho más que emprender.

En cualquier caso, seas lo que seas hoy, emprendedor, startup, empresario, autoempleado,decidir qué es lo que quieres ser mañana solo depende de tí.

Porque en la empresa, al igual que en la vida, eres lo que eliges ser hoy, no lo que antes elegiste ser.