En el caso que traigo hoy se condena a David Murdock a pagar la cantidad de 148.2 millones de dólares en concepto de daños a los accionistas.

Hablamos del tan frecuente conflicto que se produce cuando los ejecutivos de una empresa quieren adquirir acciones de su propia compañía.

Estamos ante un problema de gran importancia y no solo por las dimensiones de esta venta en concreto sino porque este caso demuestra el interés de los tribunales del estado de Delaware por el tema y conviene que sepan nuestros seguidores que más de la mitad de las compañías de este tipo suelen estar creadas en dicho estado de EEUU.

El caso es que el pasado mes de febrero tuvo lugar la vista cuya sentencia acabamos de conocer.

Murdock, el empresario era el propietario del 40 por ciento de DOLE e hizo sus movimientos para adquirir el resto de las acciones.

Fue asesorado por el Deutsche Bank. Y finalmente se fijó el importe en 1.2 billones de dólares. Pero los accionistas reclamaron acusando a los principales directivos de  manipular el precio

El juez del estado de Delaware no ha creído a la defensa, que presentó a Murdock con la imagen de un  pobre viejecito confuso. Recordemos que tiene ya sus 92 años.

Considera en su resolución que infravaloró en un 17 por ciento el precio de dichas acciones de tal forma que tan solo tuvo que pagar 13.5 dólares por acción en lugar de los 16.24 que realmente valían.

En realidad no sólo se pone en entredicho el papel de los miembros de la organización interna de la empresa a la hora de fijar las condiciones de una operación de este tipo, sino también el de los bancos, por ejemplo.

En este caso, ha sido absuelta la entidad Deutsche Bank de participar en los hechos.

Una vez más podemos decir que la mayoría de este tipo de operaciones acaba en los tribunales, sobre todo en Estados Unidos.

La realidad es que resulta muy difícil definir el papel de cada uno de los players de estas operaciones, bancos, ejecutivos, asesores, etc…