La juez de la Audiencia Nacional atribuye a 5 investigados, antiguos administradores de Abengoa, posibles responsabilidades.

Se trata del ex Presidente de la entidad, el ex Consejero Delegado y tres antiguos consejeros que integraban y asistieron a la reunión de la Comisión de Nombramientos y Retribuciones donde se acordó el pago de unas indemnizaciones millonarias que han resultado investigadas.    

Recuerden que el delito de administración desleal lo cometen quienes se exceden, causando un perjuicio al patrimonio ajeno que administran.

Los hechos ocurrieron en 2015, cuando el Presidente y el Consejero Delegado, salieron de la empresa con la correspondiente indemnización millonaria y Abengoa anunciaba un plan para aumentar capital y reducir su deuda corporativa. Unos meses después presentaba en los juzgados mercantiles una solicitud de preconcurso de acreedores.

Por un lado, se investiga la indemnización de 11.484.000 y 4.484.000 euros a Presidente y Consejero Delegado de entonces, cuyas cláusulas de sus contratos la juez entiende que “no estaban contemplados en contratos anteriores y tampoco era preceptivo que se incluyeran en los nuevos contratos mercantiles”.

Por otro, los 3 ex consejeros miembros de la Comisión de Retribuciones, por asistir a la reunión en la que se acordaron los pagos, conocer los hechos discutidos y no poner objeción.

En el caso de Presidente y Consejero Delegado, la juez no cree que se desvincularon de Abengoa porque un mes después de renunciar a sus cargos, el Consejero Delegado firmó un contrato de prestación de servicios por el que seguiría cobrando la remuneración que le correspondería como Consejero Delegado y el Presidente en la misma, fue nombrado Consejero Dominical y Presidente no ejecutivo del Consejo de Administración, por lo que cobraría una retribución bruta de 1.086.000 anual y mantendría su cotización a la Seguridad Social.

En definitiva, a juicio un comportamiento de profesionales que tal y como apunta la juez “no parecen acordes con los resultados empresariales de la sociedad”.

Por: Arcadio García Montoro